Más tracción para Opel

Toma nota

El nuevo Opel Grandland Hybrid4 combina la potencia de un motor de gasolina 1.6 sobrealimentado por un turbo y dos motores eléctricos que en conjunto desarrollan una potencia máxima de hasta 221 kW (300 CV). La propulsión eléctrica está compuesta por dos motores eléctricos, uno que actúa sobre el tren delantero y otro sobre el trasero. La potencia del motor eléctrico delantero alcanza los 81 kW (110 CV) y la del trasero 83 kW (113 CV). El motor eléctrico delantero transmite su potencia a las ruedas delanteras a través de una transmisión automática electrificada de ocho velocidades. El segundo motor eléctrico y el diferencial están integrados en el eje trasero, lo que convierte al Grandland Hybrid4 en un vehículo de tracción total permanente con un nivel de tracción óptimo. Además, el elevado par de los motores eléctricos está disponible de forma instantánea desde el inicio de la aceleración, lo que garantiza una tracción óptima sobre superficies resbaladizas. La velocidad máxima del híbrido eléctrico enchufable es de 235 km/h.

Con el Opel Grandland Hybrid4 los conductores pueden elegir entre cuatro modos diferentes de conducción en función de sus preferencias y necesidades:

En el modo All-Wheel Drive la fuerza de sus propulsores es enviada a las ruedas delanteras y traseras.

El modo Sport combina la potencia del motor de combustión y de los motores eléctricos para ofrecer un estilo de conducción especialmente dinámico.

En el modo Eléctric tiene una propulsión 100% eléctrica. En la mayoría de situaciones la propulsión la proporciona el motor eléctrico trasero, al que se une el motor delantero cuando el conductor demanda mayor potencia a través del acelerador. Al pisar a fondo el acelerador y activar el kick-down el motor de combustión se conecta temporalmente de forma adicional para obtener la máxima potencia. La velocidad máxima en conducción 100% eléctrica es de 135 km/h.

El modo Hybrid se centra en optimizar al máximo el consumo de combustible. El motor de combustión y los motores eléctricos funcionan juntos o alternativamente, según las condiciones y el estilo de conducción.

La frenada regenerativa recupera la energía cinética que se genera durante la deceleración que, de otro modo, se disiparía en forma de calor. El conductor puede elegir entre dos niveles de recuperación que convierten los motores eléctricos en generadores, de modo que esa energía eléctrica va a parar a la batería de 13,2 kWh en la que se almacena.

Por su parte, el Opel Insignia GSi, con un motor de gasolina turbo de inyección directa que desarrolla 169 kW (230 CV), cuenta con la moderna tracción total con diferencial trasero Twinster con doble embrague. El par se transmite a una o a las dos ruedas traseras de forma independiente, lo que permite un reparto vectorial del par motor en cualquier circunstancia. En las curvas se envía una mayor proporción de par a la rueda trasera exterior. Gracias a ello, el Insignia, tanto en su versión berlina Grand Sport como en la familiar Sports Tourer, se siente más preciso en curva, reaccionando de forma aún más inmediata a las órdenes del conductor.

El Insignia GSi equipa de serie la suspensión adaptativa electromecánica FlexRide, que adapta los amortiguadores y la dirección en fracciones de segundo. Además, el sistema FlexRide varía la respuesta del acelerador y el momento de cambio de una marcha a otra en la transmisión automática de nueve velocidades. El conductor puede elegir entre los modos de conducción Estándar, Tour, Sport y, en exclusiva para el GSi, Competition. Una doble pulsación sobre el interruptor ESP off permite a los conductores especialmente hábiles explorar los límites dinámicos del Insignia GSi sin la asistencia del control de estabilidad. Para una experiencia de conducción aún más activa, la transmisión automática de nueve velocidades se puede manejar manualmente desde las levas tras el volante.