Citroën C3 Aircross

A prueba

Nos ponemos al volante del renovado C3 Aircross, el cual mejora motores y conectividad.

Varias son las claves que hacen del Citroën C3 Aircross un coche diferente al resto de SUV urbanos, sus numerosos rivales. Un coche solvente , realmente un SUV en pequeño dado su avanzado sistema de tracción, y un plus de versatilidad que le permite presumir de personalidad. Porque no sólo tiene un interior muy modulable, que le permite parecer más grande de lo que es cuando de introducir carga se trata, sino que incluye una serie de prácticas soluciones que mejoran su experiencia de uso y difumina los límites físicos, superando a coches mucho más grandes, sin comprometer que pueda caber en una plaza de garaje convencional. Todo a un precio que parte por debajo de los 20.000 euros .

Dos motores diferentes componen la gama Citroën C3 Aircross, cada uno con dos potencias disponibles: dos variantes de 110 y 120 CV del HDI 1.5 y otras dos, de 110 y 130 CV del tres cilindros de gasolina Puretech 1.2 . El más pequeño de ellos es el que hemos probado ampliamente en el fondo y en la forma. Empezando por el final, el consumo medio de más de 2.000 km se sitúo en 6,2 l/100 km alternando recorridos de autopista, de ciudad y recorridos periféricos a velocidades próximas a lo legal. Se trata de un motor agradable, con pocas vibraciones a pesar de su carácter de tres cilindros —condición perceptible al estirarlo camino de la zona roja— y un empuje más que razonable que le permite, con cierta ayuda del cambio, correr lo suficiente. O dicho de otro modoadaptarse a lo que el conductor desee: circular sin ruido a ritmos relajados en la marcha más larga posible, o sentir cómo 110 CV pueden ser suficiente para circular a plena carga y remontar cuestas prolongadas.

Esa suavidad en el funcionamiento del motor tiene su continuidad en cada uno de los elementos de contacto entre conductor y SUV: la dirección, los pedales, el selector del cambio…todo es agradable, fácil, predecible: un calificativo que también se puede trasladar a la suspensión, puesta a punto de chasis y configuración de los sistemas de ayuda a la conducción.

El tacto francés aplicado en un coche no es un tópico en cuanto a la vida a bordo del C3 Aircross. Su suspensión es confortable, muy cómoda —característica subrayada por los asientos Advanced Confort con 15 mm adicionales de espuma especial, un tanto cortos de banqueta, eso sí—, lo que sumado a una altura libre al suelo superior a lo habitual en sus rivales, ha aconsejado una puesta a punto conservadora en los sistemas de control de tracción y estabilidad que si bien limita su dinamismo máximo, le hace más al alcance de todo el público.

Según versiones, el sistema grip control , incluye cinco modos de conducción que regulan la respuesta en función del terreno sobre el que se circule y se complementa con el control electrónico de velocidad de descenso, facilitando la labor del conductor.

El aprovechamiento del espacio interior supone un ejercicio de habilidad y de valentía por parte de Citroën . No se ha escatimado en costes, con soluciones de modularidad al estilo de los casi extintos monovolúmenes, sino en lo que se quiere ofrecer: en este caso una impresionante versatilidad. El respaldo del acompañante puede abatirse hacia delante para enrasar una superficie de carga de 2,4 m cuando el piso del maletero está en su posición superior.

También el asiento trasero tiene su funcionalidad, puesto que dividido asimétricamente como está, ambas porciones permiten avanzarse o retrasarse a lo largo de 15 cm, favoreciendo así la mejora de espacio de carga sin inhabilitar esas plazas. Así, el maletero puede pasar de los 410 a los 520 l de capacidad : impresionante para un automóvil de apenas 4,16 m de longitud. Pero también cuenta con barras de techo que facilitan la instalación de un cofre o portabicicletas si se requiere aumentar la capacidad de transporte hasta responder a las necesidades de una familia en vacaciones.

Cámara de marcha atrás, sistema de reconocimiento de señales, de mantenimiento del coche en el carril, alerta de caída de la atención del conductor o el Head Up Display son elementos aún poco habituales en los SUV urbanos, aunque no de este pequeño gran Citroën, capaz también de avisar si circulas demasiado cerca de un vehículo precedente. De nuevo con un planteamiento conservador y una alerta inicial temprana.

No sorprende, pero sí es motivo de reseñar la conectividad que aporta, con conexión inalámbrica de Android Auto y Google CarPlay y carga por inducción para los teléfonos de gama alta, que añade esa rúbrica de tecnología de uso diario sin la que actualmente es difícil pensar en un automóvil.