A partir de 2024 se acabará en la Unión Europea el que cada marca de móvil utilice su propia conexión para los cargadores. Según se especifica en la ley será el 28 de diciembre de ese año la fecha límite para implementar el USB-C como única opción.
Algo que a priori parece tan sencillo lleva debatiéndose más de diez años y no se ha tomado una decisión firme hasta finales de 2022. Además de a los smartphones, esta directriz afectará también a tabletas y cámaras digitales y, a partir de la primavera de 2026, también a ordenadores portátiles. El cargador universal será, pues, una realidad para la mayoría de los aparatos electrónicos con batería recargable.
Por el momento, los cargadores que podemos encontrar en los modelos de teléfono actuales se dividen por el tipo de conector y por la potencia de la base. La conexión más extendida es la del estándar USB (Universal Serial Bus), dentro de la que se engloban el USB tipo A, que es el de toda la vida y el más común en sus últimas generaciones 2.0 y 3.0 para conectar el cable al cargador en sí; el Micro-USB Tipo B (2.0), ahora casi en desuso, pero antes el más generalizado en móviles Android; el Micro-USB Tipo C (3.0), que es ya el nuevo estándar en móviles de gama alta y media-alta y también en ordenadores portátiles. El Micro-USB Tipo C aporta una velocidad de carga muy superior a las versiones anteriores y tiene la ventaja de poderse conectar en cualquier orientación. Por último, el Micro-USB Lightning, que solo es compatible con iPhone y iPad, de Apple.
En cuanto a la potencia del cargador, hay que tener en cuenta tanto el voltaje como el amperaje para no dañar la batería del dispositivo al conectarlo a la corriente. Para que esto no ocurra, el voltaje de salida del cargador no debe superar al que soporte el teléfono. Por su parte, los amperios miden la intensidad de la carga e influyen en la velocidad de recarga del dispositivo. En las especificaciones de cada modelo de móvil aparecen las combinaciones de voltaje amperaje recomendadas por el fabricante. La potencia del cargador es el resultado de multiplicar los voltios por los amperios y se mide en vatios (W). Así, un cargador de 5V y 3A tendría una potencia de 15W (5x3=15).
Por último, existen unos cargadores que no necesitan cables y, por tanto, quedan al margen de los tipos de conector. Son los cargadores inalámbricos, que utilizan un campo electromagnético para transferir la energía desde la base a la batería del móvil, simplemente dejando el teléfono encima del cargador. Suelen tener una potencia de carga de entre 5 y 15W.
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