Protegerse de los piratas informáticos es más fácil de lo que podría parecer: basta con ser un poco precavidos y contemplar una pequeña lista de hábitos para ponérselo mucho más difícil a los ciberdelincuentes.
Un estudio llevado a cabo en 2021 por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela niveles de vulnerabilidad “muy grave” o “crítica” en 10 de los 16 dispositivos utilizados como muestra. Si bien es cierto que algunas de las brechas de seguridad que muestran los aparatos inteligentes son consecuencia directa de su fabricación, generalmente por no disponer de una tecnología suficientemente avanzada, otras dependen de nuestra intervención. Por eso, resultados tan desalentadores como los de esta investigación no deberían provocar el pánico en nosotros, sino animarnos a blindar el acceso fraudulento a nuestros hogares a través de internet.
Otra investigación, también de 2021, desvela que un hogar con dispositivos inteligentes queda expuesto a 12.000 ciberataques a la semana. Cualquiera puede ser víctima de un ataque informático dirigido contra dispositivos concretos como un altavoz inteligente, un teléfono móvil o un ordenador, pero también contra nuestra propia red WiFi a través del router. Por eso, es ineficaz proteger solo alguno de esos elementos. Lo recomendable es utilizar herramientas que actúen como barrera para frustrar cualquier intento de ciberataque.
Las recomendaciones de los expertos en este sentido son:
– Utilizar contraseñas fuertes. Lo ideal es evitar las fechas de nacimiento, nombres u otros códigos fáciles de recordar y optar por combinaciones aleatorias, con mayúsculas, minúsculas, símbolos y cifras. Además de complejas, las contraseñas deben ser exclusivas para cada aparato, plataforma, etc. Además, modificarlas periódicamente supone un nivel más de protección.
– Como complemento al punto anterior, el uso del acceso con autenticación de doble factor es una función muy eficaz y cada vez más extendida entre los aparatos de última generación. Con esta herramienta, además de introducir las credenciales de acceso, el usuario debe confirmar su identidad introduciendo un código que recibe en su teléfono móvil u otro dispositivo.
– Cambiar la clave del router. Es la puerta de entrada a toda nuestra infraestructura digital doméstica, así que garantizar un nivel máximo de protección en el router nos puede evitar más de un disgusto. Además de las contraseñas fuertes, es muy importante modificar la clave que trae el router de fábrica. Esas claves suelen ser muy sencillas por defecto y permiten acceder a los parámetros de configuración del router. Actualizar el firmware y garantizar que utilice el nivel de encriptación más alto son otras recomendaciones relacionadas con un mantenimiento óptimo del router.
– Actualizar los dispositivos. De la misma manera que los fabricantes y desarrolladores mejoran la seguridad de sus productos con cada versión, los hackers idean nuevas maneras de atravesar esos escudos. Actualizar el software de los dispositivos a la versión más reciente es otro modo de evitar un hackeo.
– Configurar bien las redes WiFi. Para proteger nuestra red inalámbrica es fundamental utilizar una contraseña compleja y utilizar un sistema de cifrado actual. También es muy recomendable no compartir nuestros datos de acceso con nadie. Podemos configurar una red de invitados para cuando una visita necesite acceder a internet desde nuestro router.
– Separar lo personal de lo profesional. Si teletrabajamos y queremos evitar el riesgo de hackeos que pongan en riesgo la seguridad de la empresa, es muy recomendable tener dispositivos diferentes para cada uso. Además, cifrar las transmisiones del trabajo mediante una VPN añaden una protección adicional muy eficaz.
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