Según los datos recogidos por la Agencia española de Consumo, Seguridad alimentaria y Nutrición, en España cada ciudadano tira un total de 1,5 millones de toneladas de alimentos que son válidos para el consumo. Es decir, anualmente cada español tira a la basura 250 euros y en el continente europeo se desperdician 89 millones de toneladas. Saber cómo organizar la lista de la compra y nuestra nevera son algunas de las medidas responsables que revierten este ciclo.
Para poner en práctica estas medidas y conseguir reducir los desperdicios, tan solo debemos enfocar nuestras rutinas en la autogestión responsable bajo un trabajo previo de concienciación. Del mismo modo, el resto de los eslabones que forman parte de la cadena alimenticia deben realizar un trabajo de campo de sensibilización.
Mientras esta premisa se cumple, para comenzar a poner en valor el propósito de reducir los desperdicios alimentarios debemos comenzar por concienciar y educar. Una tarea muy simple que nos concierne a todos.
Nuestra tarea colectiva consiste en visibilizar el problema y poner en práctica medidas que lo mitiguen o erradiquen. Algunos de ellos son tan sencillos como llevar a cabo hábitos de compra y consumo correctos o reutilizar los alimentos con otros fines que no sean el de consumir.
De entre estos puntos, una vez hayamos planificado nuestra compra, organizar nuestra nevera nos proporcionará una mayor conservación de éstos y sabremos en todo momento qué tenemos en nuestra nevera, reduciendo así desperdicios alimentarios. Por esta razón, una buena organización de nuestra nevera radica en:
1. En la puerta de nuestro refrigerador deben de estar alimentos como salsas, mermeladas, mantequillas o conservas, puesto que en esta zona es donde se producen mayores cambios de temperatura.
2. En la zona alta de nuestro frigorífico debemos colocar los huevos, alimentos envasados, tuppers con platos preparados o aquellos alimentos que no necesitan conservarse a temperaturas tan bajas.
3. En la zona media de nuestra nevera tenemos que situar los productos lácteos y aquellos alimentos que deban guardarse en frío.
4. En la balda más baja siempre hay que guardar productos como carne o pescado, ya que esta zona es la más próxima al congelador.
5. En los cajones de nuestra despensa electrodoméstica siempre deben almacenarse las frutas y las verduras de forma separada para que los tiempos de maduración se vean modificados.
6. En nuestro congelador se conservarán productos como embutidos, carnes o pescados que puedan conservarse más de 6 meses, alimentos preparados como pizzas y todo aquellos que queramos guardar durante mucho tiempo.
Gracias a este tipo de disposición, podremos reducir el consumo de desperdicios alimenticios y optar por alimentos más saludables en vez de cualquier producto ultraprocesado perjudicial para la salud, que con su tratamiento permiten un mayor tiempo de conservación.