Los Estados miembros de la Unión Europea ofrecerán una nueva billetera digital a todos sus ciudadanos y residentes, quienes podrán descargarla para múltiples funciones, como realizar pagos de forma rápida y segura.
Se prevé que el número de ciudadanos europeos que utilicen el pago sin efectivo en 2023 supere los 700 millones. De hecho, en los últimos tres años, el valor de transacción de los pagos móviles y digitales europeos aumentó en más del 30%, lo que demuestra que estos métodos de pago son cada vez más populares. Como ejemplo, tenemos que los países nórdicos lideran el ranking en adopción de la billetera digital (el 41% de los daneses la usan), mientras en España, hasta ahora, no llegamos al 17%.
Según una encuesta elaborada por Eurobarómetro, el 63 % de los ciudadanos de la UE asegura que quiere una identificación digital única y segura para todos los servicios en línea. Y, hoy por hoy, los ciudadanos que están usando billeteras digitales en sus teléfonos móviles lo hacen principalmente para guardar sus tarjetas bancarias virtuales para realizar sus pagos, sus tarjetas sanitarias o incluso para sus tarjetas de embarque cuando viajan.
El “monedero electrónico” que ha anunciado la Comisión Europea permitirá a los ciudadanos identificarse digitalmente, almacenar y gestionar datos de identidad y documentos oficiales en formato electrónico. Estos pueden incluir desde un carné de conducir hasta recetas médicas o calificaciones educativas, como el diploma universitario. Con esta billetera digital, los ciudadanos podrán acreditar su identidad cuando sea necesario para acceder a servicios online, compartir documentos digitales o simplemente acreditar un atributo personal específico, como la edad, sin revelar su identidad u otros datos personales. También se integrarán algunos servicios como la firma electrónica para facilitar su uso. Los ciudadanos tendrán en todo momento el control total de los datos que compartan.
En un mundo posterior al Covid, donde los servicios en línea y, especialmente, los pagos a través del teléfono móvil se han disparado, la provisión generalizada de billeteras digitales se ha convertido en una necesidad prioritaria. Y aunque no será obligatoria sino voluntaria, los usuarios podrán beneficiarse de esta herramienta de pago segura y flexible. La billetera en sí integraría seguridad biométrica y funcionaría como un método fácil de pago de facturas y servicios tanto públicos como privados para todos los ciudadanos y residentes de la UE.
Uno de los principales objetivos de esta nueva identidad digital es facilitar una manera sencilla y segura de controlar cuánta información queremos compartir con aquellos servicios que requieren nuestros datos, contrarrestando las preocupaciones de los usuarios sobre la privacidad y la protección de datos ofrecida por los actuales monederos digitales. Este e-Wallet europeo servirá para identificarse (tanto online como fuera de línea, aunque no sustituirá a los carnés de identidad electrónicos), almacenar y modificar la información facilitada tanto por las administraciones como por otras fuentes privadas de confianza, y utilizar la información como confirmación del derecho a residir, trabajar o estudiar en un Estado miembro de la Unión.
Y respecto a la seguridad y privacidad de los datos, ya pueden utilizarse los servicios de identificación y confianza con efectos jurídicos en toda la UE gracias al marco de confianza creado por el Reglamento eIDAS (Reglamento de identificación Digital en Europa). Se trata de una herramienta clave de cara a la seguridad en el mercado único digital.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en su discurso sobre el estado de la Unión, el 16 de septiembre de 2020, ya lo abordó de esta forma: “Cada vez que una aplicación o un sitio web nos pide que creemos una nueva identidad digital o que nos conectemos fácilmente a través de una gran plataforma, en realidad no tenemos ni idea de lo que sucede con nuestros datos. Ésta es la razón por la que la Comisión propondrá una identidad electrónica europea segura. Una identidad en la que confiemos y que cualquier ciudadano pueda utilizar en cualquier lugar de Europa para cualquier operación, desde el pago de sus impuestos hasta el alquiler de una bicicleta. Una tecnología con la que nosotros mismos podamos controlar qué datos se utilizan y cómo".
A partir de esta propuesta, los Estados miembros de la Unión trabajarán hasta septiembre de 2022 en el diseño y los estándares técnicos de esta nueva solución de identidad digital, con el objetivo de lanzar los primeros proyectos piloto a partir de octubre de ese año.
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