Neuralink es la nueva aventura empresarial del magnate sudafricano Elon Musk creada para el desarrollo de interfaces cerebro-máquina y que trabaja actualmente en la implantación de dispositivos en humanos tetrapléjicos, para permitirles controlar aparatos electrónicos con la mente. Musk asegura que: “Neuralink no va a apoderarse de los cerebros de las personas, simplemente se quiere lograr una simbiosis con la Inteligencia Artificial. El objetivo de Neuralink es leer directamente los picos neurales de una manera mínimamente invasiva”.
Hasta ahora, uno de los mayores avances de la startup se ha producido con la creación de unos hilos flexibles (mucho más delgados que un cabello humano) que crean la posibilidad de transferir un mayor volumen de datos, sin que aparentemente dañe el cerebro. Así lo acredita un documento técnico que señala que el sistema de Musk podría incluir “hasta 3.072 electrodos por matriz distribuidos en 96 hilos”.
En el futuro, según declararon los científicos de Neuralink en una entrevista para The New York Times, esperan usar un rayo láser para atravesar el cráneo, en lugar de realizar perforaciones. Y añadieron que los primeros experimentos se realizarán con neurocientíficos en la Universidad de Stanford y posiblemente antes de que acabe 2020 se podrán realizar las primeras pruebas públicas para demostrar que el cerebro humano y los ordenadores se pueden conectar directamente.
Max Hodak, presidente y cofundador de Neuralink, la empresa de San Francisco financiada por Musk, ha declarado recientemente que: “Neuralink no ha salido de la nada, hay una larga historia de investigación académica aquí. Estamos, en el sentido más amplio, construyendo sobre los hombros de gigantes”.
De hecho, recordaban que la primera persona con parálisis de la médula espinal en recibir un implante cerebral fue Matthew Nagle y eso hizo que pudiese controlar el cursor de un ordenador en 2006 para poder jugar con su mente a un videojuego. El movimiento básico requerido solo le llevó cuatro días dominarlo. Y, desde entonces, las personas tetrapléjicas con implantes cerebrales también han sido capaces de enfocar objetos o mover brazos robóticos.
Hasta ahora ha sido la tecnología BrainGate la empleada (una serie de agujas rígidas que permiten hasta 128 canales de electrodos) pero Neuralink es más prometedor porque recoge más datos del cerebro, es menos rígido y todo indica que produce menos daños. Por contra, la tecnología de Musk resulta más difícil de implantar debido a su gran flexibilidad. Para combatir ese problema, la compañía ha desarrollado un robot neuroquirúrgico capaz de insertar seis hilos (192 electrodos) por minuto y de forma automática. También evita los vasos sanguíneos, lo que puede conducir a una respuesta inflamatoria menor en el cerebro.
El fundador de Tesla y PayPal está financiando la mayor parte del proyecto con 158 millones de dólares y está reclutando nuevos talentos para que todo siga adelante. De momento, asegura que, a pesar del rechazo de muchos, su nueva tecnología ya había permitido que un mono controlara un ordenador con su cerebro y añade que el problema central de interactuar con la IA es en realidad el “ancho de banda”. Puede asimilar la información mucho más rápido de lo que la saca a través de su voz o sus pulgares, pero ya está conectado a una máquina. Por lo tanto, su objetivo es que este sistema permita a los humanos comunicarse más rápidamente con las máquinas directamente desde sus cerebros.
Matthew MacDougall, cirujano jefe de Neuralink, apunta que: “Tenemos que seguir todo un proceso de la FDA ya que la seguridad es un objetivo principal y que, en última instancia, quieren que sea una cirugía ocular (algo más tipo Lasik), incluida la eliminación de la necesidad de anestesia general. Neuralink tiene la intención de implantar cuatro de estos sensores, tres en áreas motoras y uno en un área somatosensor. Se conectará de forma inalámbrica a un dispositivo externo montado detrás de la oreja, que contendrá la única batería y será controlado a través de una aplicación para iPhone”.
Los avances médicos que se están logrando gracias a la IA o dispositivos avanzados tecnológicamente no dejan de sorprender. Así, la startup estadounidense Nectom, capitaneada por dos investigadores del MIT, trabaja en un método que puede hacer una copia digital de nuestros recuerdos e incluso de la conciencia de las personas, u otros científicos. También en el MIT, han sido capaces de diseñar un robot gusano que se mueve por las arterias para reparar aneurismas.
Elon Musk, siempre en la vanguardia, se muestra muy entusiasmado y esperanzado con su nuevo invento porque cree que puede ayudarnos a superar discapacidades y lesiones y a compensar secciones enteras que hayan sido perdidas en el cerebro por un ictus o un accidente pero, de momento, es cauto: “Primero necesitamos que sea súper segura y fácil de usar y luego determinar la mayor utilidad frente al riesgo. Desde el trabajo inicial hasta la producción e implementación en volumen queda un largo camino”, contó recientemente a través de twitter a sus seguidores.
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