La investigación médica es la base de la mejora de salud, tanto desde el punto de vista de curación de enfermedades como de prevención de las mismas. Uno de los últimos avances los ha protagonizado el MIT, Instituto tecnológico de Massachussetts, que, además de estar focalizado en el desarrollo tecnológico en diferentes ámbitos como la mejora del medioambiente, ahora ha diseñado un robot gusano capaz de moverse sin problema por las arterias que conforman el cuerpo humano para reparar aneurismas.
Este robot podrá tratar las aneurismas cerebrales o intracraneales, afecciones que ocurren cuando hay una zona debilitada en la pared de un vaso sanguíneo. Ésta puede estar presente desde el nacimiento o desarrollarse durante el transcurso de la vida y, específicamente, consiste en que una zona débil en la pared de un vaso sanguíneo provoca que éste sobresalga o se abombe.
Para reparar esta patología es necesario desatascar el conducto que ha quedado bloqueado a través de un complejo procedimiento quirúrgico que puede provocar nuevos daños en el cerebro y someter a los implicados, médico y paciente, a la exposición de dosis inusualmente elevadas de radiación del fluoroscopio que permite visualizar el cerebro mediante rayos-X.
Debido a las contraindicaciones de este procedimiento, el MIT ha desarrollado este robot, cuyo aspecto es una mezcla similar al de un largo y desagradable gusano parasito y un hilo negro, capaz de viajar por las arterias de los pacientes que han sufrido aneurismas y que el interior de mestos vasos sanguíneos no se dañen.
Este robot está creado a partir de una aleación plegable de níquel- titanio con memoria de forma. Su núcleo está recubierto de un hidrogel que le permite resbalar por el interior de los vasos sin provocar fricción en remoto. Éste se guía por un campo magnético variable que permite situarle a una distancia prudencial del cráneo y no emplear el uso de radioactividad.
Este “gusano” ya ha sido probado en dos superficies diferentes que simulan vasos sanguíneos: una pista de obstáculos a modo de anillos y en un modelo de cerebro en el que una serie de conductos simulan los vasos. Los resultados obtenidos de dichas pruebas han sido todo un éxito. Aunque la reducción de la exposición a radiación se reduzca, se estima que este robot creado por el MIT no reducirá el tiempo de las intervenciones por casos de infarto cerebral, aunque sí permitirá que sean más seguras y precisas.
Esta investigación supone un gran avance en el ámbito médico con la mejora de una técnica empleada hasta ahora para salvar vidas.
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