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Nuestro rostro o el iris pueden ser igual de eficaces que el documento nacional de identidad a la hora de verificar nuestra identidad personal con toda exactitud. A priori, puede parecer una aseveración más propia de la ciencia ficción, pero la realidad es que la identidad biométrica forma parte de nuestro día a día, sobre todo en lo que nuestra relación con un smartphone se refiere.
Tener a nuestra disposición sistemas de identificación de individuos a través de rasgos biológicos ya forma parte de nuestro día a día. Elementos como la huella dactilar o el reconocimiento facial, nos permiten operar con nuestros smartphones, de tal forma que lo que en un principio se lanzó como algo propio de terminales de gama alta, poco a poco se ha ido incluyendo en móviles de precios y características más ajustadas. Aunque la realidad es que no todos los móviles utilizan la misma tecnología.
Otro de los grandes avances incluidos en los últimos modelos de smartphone como Nokia o Samsung, que operan con el sistema operativo de Android O, ha sido la inclusión del reconocimiento de iris en sus modelos más novedosos. Una tecnología mucho más fiable que cualquier otro sistema actual y muy en línea con el trabajo del reconocimiento facial 3D que realiza el nuevo iPhone X de Apple.
Lejos de los smartphone, la tecnología biométrica ha dado muchos avances que permiten, no solo mejorar en la seguridad de la tecnología, sino también ayudar en ámbitos como la salud, como es el caso de la pulsera Arki que analiza la posición corporal y te indica la mejor posición en cada momento.
A pesar los avances, en España seguimos siendo reticentes a este tipo de novedades. Seis de cada diez españoles siguen prefiriendo las contraseñas a los nuevos métodos de autenticación biométrica.
La justificación es la preocupación de los usuarios por el uso que puedan hacer estas empresas de estos datos personales, así como la potencial imposibilidad de acceder a sus servicios y archivos en caso de sufrir algún problema físico, además de los problemas que, a día de hoy, siguen presentando algunas de estas soluciones.
El futuro de la identificación biométrica está por explotar, si bien es cierto, que se entiende que el momento álgido será aquel en el que la biometría se base en la identificación del ADN, algo que ya realizan en otras soluciones como 23&Me, y no de partes concretas e inimitables de nuestro cuerpo.
El ADN es la muestra más única e imposible de replicar del mundo, aunque hoy en día el alto coste de esta tecnología para procesos cotidianos, así como la necesidad de necesidad de hacer pruebas invasivas, siguen siendo lastres demasiado pesados para el despegue de este modelo.