Si realmente queremos saber si somos sostenibles, un sencillo juego analizado por un chatbot, o lo que es lo mismo, una herramienta basada en Inteligencia Artificial que permite resolver asuntos de los usuarios de forma automatizada, sin necesidad de intervención humana, nos puede “examinar” y aprobar o suspender.
El chatbot, llamado Xe-xe, puede generar alrededor de mil millones de conversaciones diferentes en tres idiomas (castellano, valenciano e inglés) y preguntará a los usuarios cuatro cuestiones para determinar el nivel de implicación que tenemos con la Agenda 2030.
El proyecto, de divulgación científica y creado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universitat de València (ETSE-UV), ha unido inteligencia artificial y sostenibilidad bajo el nombre “La Falla Immaterial”, creada para celebrar la cuarta edición del proyecto y se ha inspirado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Éstos, fueron impulsados en 2015 por las Naciones Unidas y son una llamada a la acción universal para “poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030”.
La Falla Immaterial ha aprovechado la relevancia de unas fiestas tan populares como las Fallas para involucrar al público general en actividades científicas, fomentar la contribución activa de la ciudadanía y mostrar aplicaciones sociales de la ingeniería y la inteligencia artificial.
En esta época de pandemia, y al no haber podido celebrar las fallas tradicionales, la Falla Immaterial ha sido este año la única con la que han contado los valencianos para disfrutar de ellas visitando una plaza virtual a través de la pantalla de nuestro móvil, tableta u ordenador. La iniciativa emplea la estructura típica de esta fiesta para involucrar al público general en actividades científicas. Los objetivos de los chatbots consisten, como el Xe-xe, en ser capaces de ofrecer el mejor servicio a los clientes y usuarios; de ahí que sean muchas las empresas, como Mutua Madrileña, que en sus procesos de renovación tecnológica creen sus propios chatbot.
El subdirector de la ETSE-UV, Francisco Grimaldo, ha explicado que con este juego buscan un compromiso ciudadano con la protección del medio ambiente. Los participantes pueden obtener hasta 16 puntos contestando correctamente a las cuatro preguntas, que se eligen aleatoriamente entre “mil millones” de cuestiones posibles y que, dependiendo de la puntuación conseguida, se les asignará uno de los cinco ninots del juego, que representan gráficamente como de alineados y cómo de bien lo estamos haciendo en todo lo relacionado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Bajo el lema “Únete al reto del desarrollo sostenible”, las preguntas que hace Xe-xe cada vez que se juega, son del tipo: “¿en cuántas canciones te duchas?”, “¿con qué tipo de bolsas haces la compra?” o “¿bebes agua en vasos de plástico?”
Si la respuesta está alineada con los objetivos, se puede obtener un máximo de cuatro puntos por pregunta. La puntuación conseguida en el juego se transforma en un personaje del monumento situado en la plaza virtual y la puntuación final obtenida sirve de medida de la sostenibilidad e indica nuestro nivel de implicación con los ODS en temas como la igualdad, el consumo responsable o las acciones por el clima.
De las más de 2000 personas que han participado, un 14% se han convertido en el personaje de Pepeta, una calabaza que indica hábitos muy poco sostenibles; el 32%, en Rafel un buñuelo que significa que se necesita mejorar; el 36%, en Vicent un avatar que simboliza comportamientos que van en la buena dirección, y el 18%, en los falleros Ampariues o Nelo que representan a las personas más sostenibles.
Los resultados indican que cerca del 50% de los participantes deben mejorar sus hábitos si quieren ser realmente sostenibles. Lo bueno es que, si queremos demostrar que estamos dispuestos a mejorar, podemos jugar con Xe-xe varias veces hasta conseguir la máxima puntuación.
La inteligencia artificial ha llegado con el objetivo de cambiar nuestros hábitos y facilitarnos la vida. Ejemplo de ello es el asistente virtual de Mutua, EME, que ya es capaz de contestar más de 12.000 preguntas diferentes.
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