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Al igual que ya existe mobiliario específico que genera energía en nuestras propias viviendas, el mobiliario de exterior inteligente transforma nuestros espacios públicos en minicentrales eléctricas, contribuyendo a la revolución verde. Y se consideran sostenibles si, además de útiles y estéticos, son duraderos, fabricado con un alto porcentaje de materiales reciclados y reciclable al 100% al final de su vida.
Una de las últimas aportaciones para aprovechar los vientos lentos que circulan por edificios y calles son los árboles de viento. Unos aerogeneradores inspirados en estos elementos de la naturaleza y que generan energía eólica a través de pequeñas turbinas. Estos dispositivos sostenibles son compactos, pequeños (para evitar las colisiones de aves) y decorativos, ya que están diseñados para su instalación en los centros urbanos. Y además de ser capaces de reducir las emisiones anuales de CO2 de una casa en más de 12 toneladas, al funcionar las 24 horas al día, producen seis veces más electricidad que un sistema de energía solar.
Otra ventaja de los árboles de viento es la personalización que se puede hacer de sus hojas para que coincidan con los colores de una empresa o una calle con la libertad de elegir el color de los troncos y ramas del árbol. Y también se pueden incorporar terminales de carga, láminas descontaminantes o bancos USB para potenciar aún más la funcionalidad y prestaciones del árbol.
Además de estos árboles de viento, existen otras soluciones de mobiliario urbano sostenible que pueden ayudar a llevar energía verde a las calles y hogares e ir dependiendo cada vez menos de los combustibles. Así, tenemos:
1.- Farolas fotovoltaicas
El alumbrado público está cambiando con la llegada de las farolas solares, que, con un pequeño panel solar, permiten iluminar diferentes lugares sin necesidad de tener consumo eléctrico. Y, como prevención para los días sin sol, suelen incluir una batería que almacena la carga para poder seguir en funcionamiento durante hasta cuatro días. Su gasto energético suele ser menor, ya que incorporan bombillas LED para reducir el consumo. Este tipo de iluminación está disponible tanto para las calles de las ciudades como para uso particular en patios, jardines o zonas comunes de una urbanización.
2.- Bancos de energía
Los bancos de energía inteligentes están pensados para el descanso y la recarga. Vienen equipados con un panel solar integrado en el banco que almacena toda la energía solar generada a lo largo del día. Como mueble de exterior inteligente, ofrece la posibilidad de sentarte a descansar al aire libre mientras se cargan tus dispositivos.
3.- Suelos con paneles solares
El suelo energético inteligente integra paneles solares en el pavimento, permitiendo la generación continua de energía durante todo el día. Y esta energía, producida tanto por los paneles solares como por las personas que se mueven sobre las baldosas, se puede almacenar y utilizar para hacer funcionar el alumbrado público, señales, cargar vehículos eléctricos/bicicletas eléctricas y otras infraestructuras. Esto reduce la huella de carbono de la ciudad y ofrece una fuente de energía limpia que podría hacer que la ciudad sea más sostenible.
4.- Jardines verticales
Se pueden instalar jardines verticales en las fachadas de los edificios para absorber la energía solar y proporcionar una fuente de energía renovable. Los jardines verticales también ayudan a mejorar la calidad del aire y aumentar la biodiversidad en las zonas urbanas.
5.- Techos verdes
Los techos verdes son una forma eficaz de reducir el consumo de energía en las zonas urbanas. Proporcionan aislamiento, absorben energía solar y mantienen frescos los edificios, reduciendo la necesidad de aire acondicionado en las viviendas durante los meses de calor.
6.- Aparcabicis inteligentes
Se trata de aparcamientos techados que no requieren obra ni conexión con redes eléctricas, que están alimentados mediante la energía solar fotovoltaica y cuyo excedente puede cargar tanto las bicicletas eléctricas como los patinetes.
7.-Biodigestores
Un biodigestor es un contenedor cerrado de forma hermética que contiene residuos orgánicos de origen vegetal o animal (carne en descomposición, excrementos de los animales…) y constituyen una alternativa económica y efectiva en comunidades rurales, permitiendo satisfacer la demanda energética de estas poblaciones y proporcionar un medio adecuado para manejar los residuos de humanos y animales. Al requerir bastante espacio, los biodigestores suelen montarse más en áreas rurales que en urbanas densamente pobladas. En resumen, son una alternativa para reducir la cantidad de residuos que van a los vertederos y producir energía.
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