En un momento en el que hablar de ahorro de energía es de gran ayuda para la economía doméstica, un ingeniero técnico naval, Rafael Polanco, ha desarrollado una máquina de conducción para equipos de aire acondicionado que consigue ahorrar un 65 % de energía. Y lo que es aún más interesante: es una máquina que se acopla a cualquier sistema de climatización que ya esté funcionando, ya que solo requiere de una pequeña instalación.
Polanco es de Chiclana de la Frontera, Cádiz, y allí ha montado, junto a su socia Ana María Prieto, la empresa de servicios Hosman, desde la que han creado Inverair, una máquina que optimiza los componentes y el funcionamiento de los sistemas de climatización. Y, tras demostrar el evidente ahorro y el éxito que están consiguiendo con el creciente volumen de pedidos en varios edificios públicos de Cádiz, viviendas, locales, restaurantes… están montando una red de distribuidores de climatización que quieran adquirir las máquinas para poder venderlas, a su vez, a los instaladores de climatización.
Técnicamente, Inverair es una máquina de conducción de aire acondicionado destinada a la climatización de recintos. En su interior, presenta unas rejillas automatizadas que dirigen el flujo de aire acondicionado, según la temperatura del aire que recibe del evaporador. Y existen diferentes modelos en función del tamaño de las rejillas interiores y de la superficie del recinto.
El sistema, que ha estado en estudio durante cinco años, funciona mediante alimentación eléctrica y se posiciona a continuación del evaporador, con el que comparte conexiones para aspiración y espiración del aire climatizado. Así, la salida y recirculación del aire, dirigido al recinto, se produce por dos rejillas fijas, que se localizan a diferente altura.
Desde la firma aseguran que este sistema permite el control real de la temperatura, la direccionalidad del flujo del aire y la regulación de la humedad, por lo que las estancias adquieren más sensación térmica agradable y una humedad homogénea. Además, también se ha demostrado que mejora la temperatura en los interiores y aporta ventajas de seguridad e higiene. Al romper la estratificación del aire y no concentrar el calor en los techos, no proliferan hongos, bacterias o virus y se evitan, entre otras afecciones, irritaciones oculares y nasales.
Por otro lado, el ahorro energético, con un mantenimiento mínimo respecto a un aire acondicionado inverter convencional, es de un 65 %, un factor clave dada la problemática actual relacionada con el consumo, que coincide con la aprobación del Real Decreto de eficiencia energética aprobado por el gobierno, que estará vigente hasta noviembre de 2023, en el que se limitan los grados de temperatura tanto en invierno como en verano.
Y, sin duda, es una buenísima noticia de cara a la conservación del planeta, ya que el uso de aire acondicionado genera un círculo vicioso que se retroalimenta a base de emisión de gases de tipo CO2, conocidos como “gases de efecto invernadero”, que hacen que la temperatura global aumente. Y con Inverair y su ahorro energético, la contaminación será también inferior.
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