¿Qué hacemos con el móvil que se queda viejo? ¿Y con el ordenador?¿Y con aquella grabadora de CD? Los dispositivos electrónicos que han pasado por nuestra vida son muchos y el número de estos residuos electrónicos va seguir creciendo, pues la tecnología se renueva a velocidad de vértigo. El reciclaje tradicional no parece ser la mejor opción para el tratamiento de la tecnología, así que la solución podría pasar por convertirlos en nanopolvo.

Según datos del informe E-Waste Monitor de la United Nations University los residuos electrónicos son “un reto global” no solo por su incremento, sino por la necesidad de tratarlos y prevenir su toxicidad. Según este informe un ciudadano medio europeo produjo en 2014 más de 15 kilogramos de residuos, un número que solo va a ir en aumento. Concretamente, el documento estima que lo habrá hecho un 33 por ciento en 2018.

Esta cantidad ingente de residuos electrónicos está planteando un problema medioambiental porque, además, el reciclaje clásico no es recomendable para ellos, pues los componentes que se reciclan se tratan con químicos que dañan el entorno. Quemarlos tampoco parece ser una solución que sirva para este tipo de residuos electrónicos.

Ante este escenario un grupo de científicos de la India y de la Universidad de Rice, en Texas, está intentando poner en marcha una planta para el tratamiento de residuos electrónicos que reduzca sus componentes a nanopolvo.

Para ello tratan los elementos del interior de los dispositivos a muy baja temperatura -que permite la rotura y pulverización de los materiales - separando las nanopartículas de sus tres componentes principales: polímeros, metales y óxico. El nanopolvo obtenido, explican, se podría utilizar como material para nuevos productos.

El grupo de científicos ya ha hecho pruebas de la viabilidad de su técnica en laboratorio y ha valorado el nanopolvo resultante, condiserándolo óptimo. Ahora están pidiendo ayuda para levantar una planta piloto, pues para hacer frente a grandes cantidades de residuos electrónicos que convertir en nanopolvo haría falta construir trituradoras.

Los investigadores justifican que este tratamiento en frío de los residuos no es nuevo y que técnicas similares se han utilizado en tratamientos médicos, como la crioterapia.

¿Daremos una nueva vida a nuestro último smartphone convirtiéndolo en nanopolvo?

Nadie duda de lo mucho que se está enriqueciendo y ampliando nuestro vocabulario en este siglo XXI gracias, sobre todo, a los avances en innovación. Esta breve explicación bien puede servir para encajar la nueva expresión que está cobrando fuerza y que aúna, precisamente, innovación y tecnología con sostenibilidad y cuidado del medio ambiente: la de economía circular. Pero, ¿a qué hace referencia, en concreto? ¿En qué consiste?

Ecoembes ha puesto recientemente de moda este término, economía circular, que hace alusión a un conjunto de propuestas y soluciones pensadas con el objetivo de impulsar el reciclaje y de lograr mejoras, con carácter de sostenibilidad y eficiencia. La economía circular persigue reducir la utilización de materiales contaminantes y la producción de desechos, fomentando el uso ecológico, sostenible y eficiente de los mismos. El término se nutre de los pensamientos de la ecología industrial, que habla de dos tipos de flujos materiales: nutrientes biológicos (aquellos que se reintroducen en la biosfera sin incidentes) y nutrientes técnicos (que están diseñados para circular con alta calidad en el sistema de producción, pero no vuelven a la biosfera).

En realidad, la economía circular persigue transformar el ciclo tradicional recursos-producto-residuos en el flujo circular recurso-productos-recursos reciclados.

Ecoembes ha querido hacer propios estos planteamientos mediante TheCircularLab, un proyecto pionero en Europa que contempla todas las ideas que buscan promover la innovación en el ámbito del reciclaje.

TheCircularLab Ecoembes se alimenta iniciativas de mejora para todas las fases del ciclo de vida de los envases: desde su concepción, a través del ecodiseño, hasta su reintroducción al ciclo de consumo a través de nuevos productos. La economía circular que propone Ecoembes a través de este proyecto se basa en estudiar, concebir, probar y aplicar las mejores prácticas en materia de innovación colaborativa entre empresas, administraciones públicas y ciudadanos. Su objetivo es lograr que nos cuidemos respetando el medio ambiente.

TheCircularLab Ecoembes promueve, en definitiva, el compromiso del ciudadano a la hora de reciclar y al aplicar las mejores tecnologías en la gestión de los residuos, que se desarrollarán no solo gracias a la actividad del propio centro, sino también mediante el ecosistema emprendedor. Se trata del primer laboratorio de innovación y economía circular en Europa creado por Ecoembes para un futuro más sostenible.

Ecoembes se ha propuesto alcanzar una tasa de reciclaje del 80% en 2020 y para ello cuenta con la colaboración de todos nosotros. Participa ya en la economía circular. Si no lo has hecho todavía, descubre las ideas de TheCircularLab.