Repasamos los avances tecnológicos que están creando nuevas oportunidades de cultivo y optimizando la gestión de recursos.
Mucho ha cambiado en el campo de la agricultura a lo largo de los años. Si bien persisten algunos métodos y tecnologías tradicionales, los agricultores deben apostar por los últimos avances tecnológicos que son más eficientes, efectivos e innovadores y que están creando nuevas oportunidades de cultivo y métodos más eficientes de gestión de recursos. Todo esto es fundamental si pensamos que en 2050 seremos más de 9.700 millones de personas en todo el planeta y garantizar un suministro de alimentos para todos, sin agotar los recursos naturales, es un desafío que afecta directamente al sector agrícola. Y para ello es fundamental la optimización de recursos que eviten, en la medida de lo posible, los daños medioambientales que causan unas pérdidas millonarias al año, además de los daños provocados por las plagas, enfermedades y otras amenazas agrícolas.
Las nuevas técnicas se sofistican año a año para alcanzar los mejores objetivos. Y hay hay algunos avances tecnológicos que están teniendo un gran impacto en la agricultura. A continuación, repasamos algunos de ellos.
Semillas robóticas
La impresión 3D ha llegado también a la producción agrícola: un grupo de investigadores del Instituto Italiano de Tecnología (IIT) y del Instituto Leibniz de Nuevos Materiales de Alemania ha creado unas semillas robóticas aladas que caen al suelo en terrenos amplios a la vez que monitorizan parámetros ambientales claves para favorecer su cultivo. Denominadas Acer i-Seed, estas semillas están fabricadas con materiales biocompatibles y compostables, mediante tecnologías de impresión 3D. Su diseño es aerodinámico y permite a la semilla artificial rotar como una hélice de helicóptero, mejorando su dispersión. Replica el comportamiento de las semillas de Acer campestres, conocidas por su habilidad para desplazarse grandes distancias impulsadas por el viento y respeta el medio ambiente, minimizando el impacto energético y de contaminación.
Tecnología de precisión para la eficiencia hídrica
Entre el 20% y el 50% del agua que se aplica a los cultivos se desperdicia por una mala gestión en la fertilización. Además, el exceso de riego puede derivar en la contaminación de los acuíferos. Para evitarlo, una empresa almeriense ha creado un dispositivo, llamado Ikos Tech, que monitoriza los cultivos para informar de cuándo ha llegado el momento de regar y qué cantidad de agua se necesita.
Las granjas de agricultura vertical utilizan 90% menos agua y además son 100% libres de herbicidas y pesticidas.
Agricultura de precisión
Esta técnica agrícola implica el uso de GPS y otras tecnologías avanzadas, como sistemas de información geográfica (SIG), teledetección y sensores remotos, para optimizar la gestión de los cultivos y los recursos naturales. Esta técnica permite a los agricultores recopilar datos detallados sobre sus campos, como la variabilidad del suelo, la humedad, la temperatura y la salud de los cultivos, para tomar decisiones más informadas y eficientes.
Con esta tecnología, los agricultores pueden aplicar insumos como agua, fertilizantes y pesticidas, de manera más precisa y en cantidades adecuadas, lo que no solo aumenta la productividad de los cultivos, sino que también reduce el impacto ambiental y los costos de producción.
Biotecnología agrícola
Este tipo de tecnología se caracteriza por aumentar la productividad agrícola y fortalecer la resistencia de las plantas a plagas o desastres climáticos. La biotecnología agrícola se proyecta con técnicas de manipulación genética que prometen multiplicar un poder con algunos riesgos. Entre sus beneficios, destacan poder obtener cultivos con mayor resistencia a la sequía, posibilitando así la agricultura en zonas más secas; mejorar la resistencia de la planta a plagas y enfermedades, reduciendo así la cantidad de fitosanitarios que emplear; crear variedades que soporten el uso de herbicidas, facilitando el control de malas hierbas en grandes extensiones de cultivo o mejorar la calidad nutricional de algunos productos, aumentando, por ejemplo, su contenido de vitaminas.
Cultivos modificados genéticamente
Los cultivos genéticamente modificados son uno de los avances tecnológicos más importantes en el sector agrícola. Este tipo de plantas se han modificado para contener rasgos específicos que beneficiarán tanto a los agricultores como a los consumidores. Con estas modificaciones, puede conseguirse una mejora en la resistencia a las plagas, la tolerancia a los herbicidas, un mejor valor nutricional o mayor resiliencia ante condiciones climáticas adversas. Plantar cultivos transgénicos también ayuda a preservar el suelo, reducir las emisiones de carbono y conservar el agua.
Agricultura vertical
La clave de los cultivos verticales es que se realizan de forma apilada, en vez de ocupar una extensión horizontal en el suelo. Por eso, una de sus principales ventajas es la optimización del espacio. Resulta muy útil para aumentar la producción de alimentos de una manera sostenible y accesible. Las granjas de agricultura vertical utilizan 90% menos agua, 95% menos espacio que los sistemas de cultivos tradicionales y además son 100% libres de herbicidas y pesticidas.
Agricultura urbana
La agricultura urbana, también conocida como agricultura en la ciudad o agricultura en espacios urbanos, está ganando popularidad como una solución alternativa para abordar la falta de alimentos frescos en las áreas urbanas. Estos cultivos facilitan el acceso a alimentos frescos en el corazón de las ciudades, reduciendo los tiempos de transporte. Y, al reducir la distancia que los alimentos deben viajar desde la granja hasta el consumidor, la agricultura urbana disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero asociados con el transporte de alimentos. Esta agricultura también promueve el uso de espacios infrautilizados: desde terrenos baldíos, techos verdes, patios traseros y otros espacios vacíos, lo que aumenta la eficiencia del uso del suelo urbano. Y fomenta una mayor conexión con la naturaleza.
© Imágenes: Shutterstock
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