El cáñamo cobra protagonismo como biomaterial sostenible y apto para favorecer el ahorro energético.
Si partimos de la base de que nuestros hogares deberían ayudarnos a vivir de forma más sana, ahorrando energía y sin dañar nuestro planeta, deberíamos contar con materiales saludables y energéticamente eficientes que tengan un impacto positivo tanto en las personas como en el planeta mediante la captura de dióxido de carbono. Y un material que cumple con estas características es el cáñamo.
El cáñamo es una de las plantas de más rápido crecimiento en el planeta. Ya se usaba para sellar barcos de vela chinos doscientos años antes de Cristo. También se emplea para fabricar ropa, zapatos, alfombras, cuerdas, papel… Y, en los últimos años, está ganando popularidad como uno de los materiales más sostenibles del mundo, usándose cada vez más en la construcción de edificios.
Los materiales de construcción son responsables del 11% de las emisiones globales de carbono y, a medida que la industria de la construcción continúa buscando formas de reducir su huella de carbono, los científicos, arquitectos y fabricantes por igual recurren a los materiales naturales como las algas, el micelio, las cáscaras de café y también del cáñamo.
Este biomaterial se parece mucho a la madera, pero se ha calificado como un 20 % más fuerte, por ejemplo, que el nogal americano, que es la madera dura más dura comercialmente disponible en ese país. El proceso de fabricación también es radicalmente diferente. Una vez que se cosecha el cáñamo, la empresa utiliza un adhesivo a base de soja para unir los tallos de fibra, comprimirlos y hornear el material para formar bloques con él. Un proceso que se completa en solo 150 días desde el momento en que se plantan las semillas finalizar la elaboración del producto.
Este biomaterial se puede usar para la fabricación de paneles de aislamiento que reducen en un 20% el consumo de aire acondicionado.
Con el cáñamo se ha descubierto que se puede imprimir en 3D, hacer ladrillos, e incluso fabricar paneles de aislamiento que llegan a reducir el consumo de aire acondicionado hasta en un 20% y que son muy sencillos de instalar porque vienen en tamaños estandarizados que se ajustan a presión, sin necesidad de adhesivos o grapas. El cáñamo es capaz de regular la temperatura de un edificio de manera natural gracias a su capacidad para distribuir el calor acumulado. Es decir, puede proteger del frío en invierno y del calor en verano.
La empresa estadounidense Hempitecture, fundada en 2018 por Matthew Mead y Tommy Gibbons para reemplazar los materiales de aislamiento sintéticos con recursos de origen vegetal, ha perfeccionado su concepto de aislamiento a base de cáñamo para aumentar la eficiencia energética de las viviendas. El producto estrella que emplean es el panel de cáñamo llamado HempWool, que es un nuevo material de construcción que cuenta con un 90% de fibra de cáñamo y un 10% de aglutinante.
Y se ha visto que, en comparación con el aislamiento tradicional de fibra de vidrio, el HempWool es más ecológico, más denso y absorbe y almacena más dióxido de carbono del que emite. Además, su efecto amortiguador de calor reduce el uso de energía del hogar cuando se controlan las temperaturas interiores y también posee la capacidad de retener la humedad y, por tanto, proteger la integridad de las paredes, haciéndose más resistente al moho y a las plagas.
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