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Las cifras que proceden de China son siempre grandiosas: Es el país más poblado del mundo, la potencia mercantil más grande del planeta, la de mayor crecimiento económico experimentado en los últimos años… Su fabulosa expansión, no obstante, se plasma también en indicadores no tan positivos como su severo deterioro ambiental.
La contaminación en China se ha convertido, en concreto, en un verdadero problema de salud: según el Banco Mundial, dieciséis de las veinte ciudades más contaminadas del planeta están en China. Y el país, igualmente, es el mayor emisor de dióxido de carbono. Del mismo modo, esta economía presenta graves problemas de abastecimiento y contaminación del agua: casi 300 millones de chinos en las zonas rurales no tienen acceso a agua potable y cerca de un 40% de los ríos del país están contaminados por desechos industriales y agrícolas.
Para combatir esta situación, un grupo de investigadores del Instituto de Medio Ambiente del país ha diseñado el purificador de aire más grande del mundo, de 100 metros de altura.
Este purificador de aire de China está diseñado con el objetivo de contener los niveles de esmog o niebla contaminante de la atmósfera lo que, en definitiva, limpia el ambiente de impurezas insalubres. Sin duda, una innovación pensada con el ánimo de vivir mejor, como otras muchas, como las lámparas vegetales o la variada apuesta por las tecnologías limpias.
Según una información del diario South China Morning Post, la plataforma es capaz de generar más de 10 millones de metros cúbicos de aire limpio por día, lo que está permitiendo mejorar la calidad del aire en un entorno de 10 kilómetros.
El purificador de aire de China se completa con la construcción de invernaderos cercanos que se encargan de calentar el aire contaminado que posteriormente pasa a través de filtros de limpieza.
Una de las mayores ventajas del sistema contra la contaminación de China es su capacidad para funcionar prácticamente sin consumir energía más allá de la que obtiene del sol. Este aspecto es fundamental para un país como China, en el que el uso del carbón está todavía muy extendido.
La torre se ha instalado de forma provisional en la ciudad de Xian, una de las que sufren mayores niveles de contaminación en China. No obstante, analizados los positivos resultados preliminares, el Instituto de Medio Ambiente chino se está ya planteando extender la iniciativa a otras ciudades del país y todavía con mayores dimensiones. Los diseños previstos plantean multiplicar por cinco las dimensiones de cada purificador lo que, unido al diseño de invernaderos de hasta 30 km², podría “purificar” a cualquier ciudad de tamaño medio. La elevada contaminación en China puede tener los días contados.