Reciclar ahora puede darte recompensas

Reciclar latas y botellas de plástico va a tener recompensa tangible. Porque, aunque parece que cada vez estamos más concienciados y comprometidos con el medio ambiente, en la práctica nos sigue costando separar correctamente los residuos y eliminarlos de forma apropiada. A partir de ahora, podremos comprobar y verificar por nosotros mismos que nuestro esfuerzo personal se puede traducir en la creación de un planeta mucho más sano. La idea ha surgido de Ecoembes (la organización ambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España) que ha creado los RECICLOS, unos puntos canjeables por recompensas para mejorar el entorno más cercano.

Pero, ¿cómo funciona exactamente Reciclos? Primero hay que registrarse en la aplicación web (disponible en las páginas de cada ayuntamiento) y crearse un perfil. Después, hay que escanear el código de barras de cada envase que se vaya a reciclar. Una vez frente al contenedor amarillo, basta con escanear el código QR que llevan instalado con el móvil y depositar los envases para que la acción quede registrada y recibamos los puntos correspondientes. Los RECICLOS que se pueden obtener tienen un tope semanal para evitar que se incite al consumo.

RECICLOS es un paso más en la carrera de intentar cambiar el rumbo “destructivo” al que se dirige nuestro planeta y se suma a las App que ya funcionan en esa línea. Asimismo, enlaza directamente con la definición de Naciones Unidas de ciudades inteligentes, siendo aquellas que usan la tecnología como herramienta para optimizar la eficiencia de la urbe y de su economía, siempre y cuando sirva para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y proteger la naturaleza. El desarrollo tecnológico de RECICLOS incorpora innovación en materia de blockchain, inteligencia artificial y reconocimiento de imagen. Gracias a toda esta tecnología, esta herramienta es capaz de reforzar el vínculo entre el ciudadano y el contenedor amarillo a través del teléfono móvil y convertir el reciclaje en un hábito que se recompensa.

 Además, en los próximos meses se instalarán máquinas específicas de devolución y recompensa en estaciones de transporte público, una manera de incentivar el reciclaje de las latas y botellas de plástico de bebidas consumidas fuera de casa. Con esto, el sistema se adapta a los nuevos hábitos digitales de la sociedad, y, a su vez, premia a los ciudadanos recicladores con incentivos relacionados con la movilidad sostenible o la mejora de su entorno más cercano. Esta iniciativa se ha convertido, por tanto, en el primer Sistema de Devolución y Recompensa (SDR) de reciclaje desarrollado y lo ha hecho, de la mano de Ecoembes con tecnología 100% nacional.

RECICLOS, que se implantó el pasado año como proyecto piloto en cuatro municipios catalanes en colaboración con la Generalitat de Catalunya, forma parte de la iniciativa global Circular lab, y ya ha comenzado a funcionar en otras regiones como La Rioja (en concreto, en Calahorra) e Islas Baleares (en el municipio de Ciudadella). En ambos casos, su implantación ha contado con la colaboración de los respectivos ayuntamientos, así como el Gobierno de La Rioja y el Consell de Menorca. Así, a lo largo de este 2020, RECICLOS estará presente en municipios de un total de siete Comunidades Autónomas y, para el próximo año, se prevé que este pionero sistema de reciclaje llegue a todas las regiones de España.

Y, ¿cómo se traducen esos puntos? En recompensas que se destinan a impulsar la movilidad sostenible o mejorar el entorno más cercano de los ciudadanos, de manera que, cada vez que tires una lata de refresco o una botella en su correspondiente contenedor,  un espacio verde se puede llenar de árboles o, según apunta Nieves Rey, directora de Comunicación de Ecoembes: “con RECICLOS, los ciudadanos, además de contribuir a cuidar el medioambiente y dar una segunda vida a los envases reciclándolos en el contenedor amarillo, ahora verán que su compromiso puede traducirse en mejoras para su barrio o municipio”. Y, añade que “estas recompensas serán incentivos medioambientales. Por ejemplo, billetes de transporte, monopatines o tiempo de alquiler de bicicletas”.