Aunque el cambio climático y la interferencia humana han tenido un gran impacto negativo en el medio ambiente y las poblaciones animales, la tecnología está desempeñando un papel cada vez más importante en la protección del planeta y la conservación de la vida silvestre.
Los científicos utilizan esta tecnología avanzada para complementar las técnicas de conservación convencionales y encontrar soluciones para salvar a algunas especies de la Tierra que están en peligro de extinción o incluso casi extinguidas. El informe Living Planet de WWF (World Wildlife Fund) indica que las poblaciones animales se han reducido un 68% desde 1970 y es muy difícil salvar una especie cuando no se sabe mucho sobre su hábitat o su genética. La inteligencia artificial, específicamente el aprendizaje automático y la visión por computadora, el ADN ambiental (eDNA) y la genómica y los sensores en red, son algunas de las tecnologías de conservación emergentes que se están utilizando para ayudar a proteger el planeta, los ecosistemas y la vida silvestre. A continuación, repasamos cómo se están utilizando estas diferentes tecnologías.
Inteligencia artificial. La IA se utiliza cada vez más tanto en el campo de la agricultura para el control de los cultivos como en el silvestre para analizar la información recopilada por los conservacionistas, los científicos, las imágenes de cámaras trampa, drones y satélites y también grabaciones de audio bioacústicas para mejorar la identificación y el seguimiento de la vida silvestre. Un ejemplo de ello es la plataforma Wildbook, que utiliza visión por ordenador y algoritmos de aprendizaje profundo para clasificar millones de imágenes de colaboración colectiva (derivadas de las redes sociales), identificando animales en función de sus patrones únicos como rayas, manchas y cicatrices. La plataforma se creó inicialmente para rastrear tiburones ballena, pero desde entonces se ha convertido en una amplia base de datos de especies que incluye tortugas marinas, mantarrayas, tiburones, ballenas, delfines, grandes felinos, jirafas y cebras.
ADN ambiental (eDNA) se refiere al ADN nuclear o mitocondrial que los organismos arrojan al medio ambiente. Las fuentes de eDNA incluyen: células de la piel, muestras de pelo y pelaje, mucosidad, canales, materia fecal y secreciones reproductivas. Los protocolos que utilizan eDNA permiten una recopilación de datos rápida, rentable y estandarizada (evaluaciones de biodiversidad) sobre el estado, la distribución y la abundancia de las especies. Esta es una técnica de monitoreo especialmente útil para especies raras, escurridizas y menos conocidas que a menudo eluden la detección. eDNA también puede ayudar a examinar el impacto del cambio climático, detectar amenazas invisibles como virus o bacterias zoonóticos y proporcionar una instantánea de la salud general de un ecosistema.
Satélites. Son otra fuente de información tanto sobre los animales como sobre su hábitat. Los conservacionistas usan satélites para mapear áreas y descubrir dónde viven, cazan y migran los animales salvajes. También pueden rastrear los cambios en el paisaje que afectan a los animales que viven en el hábitat, ya sea debido a la interferencia humana o a eventos naturales. Esta información puede ayudar a los científicos a comprender e incluso predecir patrones de vida silvestre que son clave para una conservación exitosa.
Transmisores inteligentes que usan GPS y tecnología de acelerómetro, generalmente ubicados en collares, para rastrear no solo la ubicación de un animal salvaje en tiempo real, sino también cómo se mueve, cuándo está cazando o qué está cazando. En otras palabras, estos collares pueden decirnos cada uno de sus movimientos e incluso activará una alarma si un animal está en peligro físico y, en el caso de los rinocerontes, puede detectar si su cuerno está en peligro de ser cortado por cazadores furtivos.
Monitoreo remoto para las aves que proporciona un enfoque automatizado en lugar de tener un investigador de campo haciendo observación directa. Los investigadores creen que la tecnología puede funcionar no solo para las aves, sino también para muchos sonidos del bosque, incluidas especies como insectos y ranas, y quizás incluso mamíferos marinos.
Tecnología de drones. La evolución de los drones también ha sido beneficiosa para quienes están comprometidos con la conservación de los animales. La tecnología de drones permite grabar videos y tomar fotografías en las áreas más remotas de la tierra para ayudar a monitorear las condiciones de los animales en el área. También se puede utilizar en la lucha contra la caza furtiva ilegal para ayudar a tratar de capturar imágenes de vehículos e individuos que están cazando la vida silvestre más preciada del planeta. Y de cara a la deforestación, los drones contribuyen a la repoblación de árboles perdidos disparando vainas de semillas al suelo y convirtiéndose en la manera más rápida (10 veces más rápida que la plantación manual) y efectiva de plantar una gran cantidad de árboles.
Reconocimiento facial. El proyecto BearID está desarrollando un software de reconocimiento facial que se puede aplicar a imágenes de cámaras trampa para identificar y monitorear osos pardos e informar medidas de conservación posteriores. Si bien el sistema de cámaras trampa está actualmente en desarrollo, el proyecto ya está trabajando con las naciones indígenas de Canadá para implementar la nueva herramienta dentro de los programas de investigación y monitoreo de osos. El objetivo final es expandir el alcance del software de reconocimiento facial para eventualmente aplicarlo a otras especies amenazadas.
Desde drones y satélites hasta Inteligencia Artificial, estos son algunos de los usos que se están desarrollando con tecnologías innovadoras para cuidar y proteger la vida salvaje y la conservación del planeta.
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