No es la primera vez que Apple dosifica con cuentagotas la información sobre un posible lanzamiento. En esta ocasión y desde que, hace ya varios años, comenzó a correr el rumor de un posible automóvil con el emblema de la manzana en el capó, las noticias y desmentidos se han venido sucediendo.
Por el momento, lo único que parece claro es que sí existe un plan con el nombre en clave de Proyecto Titán, enfocado al lanzamiento de un vehículo eléctrico y autónomo firmado por Apple y equipado con su tecnología. Sin embargo, también es cierto que la compañía de Cupertino depende de terceros para la fabricación de un coche, y es ahí donde se suceden las filtraciones sobre hipotéticos acuerdos.
De hecho, esa ha sido la cuestión más comentada en los últimos tiempos: con qué fabricante del sector automovilístico se va a asociar la empresa tecnológica para desarrollar el Apple Car. Dicho de otra manera, qué fabricante está dispuesto a producir un vehículo que comercializará otra marca.
En mayo de 2018 ya se informó de que Apple y Volkswagen mantenían contactos para fabricar una furgoneta de transporte autónoma basada en el modelo Transporter T6 de la compañía alemana. De ese proyecto se esperaba que naciera el primer coche Apple pero, tras varios fracasos durante las pruebas y algunas filtraciones por parte de empleados, el programa se desvaneció y, simplemente, se dejó de hablar de él.
Recientemente, ha habido motivos para pensar en Hyundai como socio más que probable de Apple en esta aventura. Más concretamente, se hablaba de utilizar la fábrica en Georgia de KIA, filial del gigante surcoreano, para producir el EV autónomo de Apple con intención de lanzarlo en 2024. Pero estas teorías han durado poco y los últimos rumores apuntan a esfuerzos de negociación con factorías japonesas
En una de sus últimas declaraciones, el analista de Apple Ming-Chi Kuo afirmaba que habrá que esperar como mínimo hasta 2028 para ver circular un iCar, debido sobre todo a las dificultades para cerrar un acuerdo sólido de fabricación.
Tras la ruptura con Volkswagen, otras fuentes mencionaban la posibilidad de que Apple se limitara a desarrollar un software para implementar en vehículos autónomos o un servicio de transporte, más que un automóvil propio. Esta idea vendría reforzada por la adquisición en junio de 2019 de la startup de vehículos autónomos Drive.ai por parte de Apple
Por otro lado, la expectación generada convierte al Apple Car en un valioso trofeo para informadores tecnológicos. Así, el hermetismo de la compañía se compensa en parte con las solicitudes de patentes, que aportan información objetiva sobre sus actividades. Estas solicitudes desvelan tecnologías relacionadas con el tinte y opacidad de las ventanillas, que podrían variar en función de las condiciones climatológicas del exterior. También hay indicios sobre el desarrollo de un habitáculo sin ventanillas. Esta patente detalla cómo los ocupantes del vehículo autónomo utilizarían visores de realidad virtual para reproducir el exterior real o un entorno a elegir.
La espera y la falta de información oficial no hacen sino alimentar los rumores sobre el que será, casi con toda seguridad, un coche llegado del futuro y el lanzamiento más impactante de Apple.
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