Coches fabricados con impresión 3D: ¿más sostenibles?

Industrias como la aeroespacial o la médico-sanitaria, aplicaciones como el diseño de prototipos y sectores como el de la edificación usan esta tecnología para producir piezas de satélites, paneles de construcción industrializada, prótesis, implantes o incluso tejidos biológicos y órganos funcionales para trasplantes.

El sector de la automoción no es una excepción a esta tendencia y ya son muchos los fabricantes de coches que se aprovechan de su potencial. Entre las muchas ventajas de producir piezas de coche con impresora 3D, destacan la precisión de sus acabados, las opciones de personalización, la posibilidad de realizar modificaciones en el momento, el uso de materiales sostenibles y reciclados o la capacidad para fabricar piezas descatalogadas a demanda para vehículos antiguos. Tanto es así, que últimamente hemos sido testigos de proyectos mucho más ambiciosos, que van más allá de la fabricación de piezas concretas y asumen el reto de imprimir el coche entero.

Uno de los casos más relevantes tiene sello español. Se trata de Liux, una startup que se dio a conocer gracias a un prototipo revolucionario, el Animal. Desarrollado por un grupo de diseñadores, ingenieros, mecánicos y otros perfiles profesionales, el Animal es un coche 100% eléctrico e impreso en 3D con materiales reciclados o de origen vegetal. Entre los ingredientes de su chasis, carrocería e interiores están las semillas de lino o el corcho, convertidos en biopolímeros. El proceso de producción utilizado es la llamada fabricación aditiva, uno de los pilares de la conocida como cuarta revolución industrial o industria 4.0. En este método de fabricación interviene activamente la impresión 3D y, gracias a ella, se pasa directamente de un modelo digital a un objeto físico sin la necesidad de crear moldes industriales. El resultado es un 70% de ahorro energético, una clara reducción de las emisiones de CO2 y de los tiempos de producción y un aligeramiento del peso final del vehículo. Además, la impresión 3D permite la fabricación de módulos complejos con menos piezas. El Animal tendría una autonomía de unos 600 kilómetros, una potencia entre 240 y 280 CV y una velocidad máxima de 200 km/h.

Basado en las mismas premisas, Liux ha desarrollado un modelo urbano llamado Big, cuyo lanzamiento está previsto para 2026 y del que ya hay un formulario para apuntarse a la lista de espera a través de la web.

Otro caso de éxito es el Robo-EV, un microcoche de dos plazas desarrollado por la compañía china PIX Moving. Su diseño está basado en formas orgánicas que le confieren un aspecto futurista y, al mismo tiempo, optimizado para conseguir la mejor eficiencia energética y resistencia. Es totalmente transparente, de manera que la visibilidad es completa y la sensación en el interior es la de estar plenamente integrado en el entorno. Dispone de una IA que interactúa con el conductor y le presta apoyo según sea su estado de ánimo. Los materiales utilizados para su fabricación son metales, fibra de roca y basalto.

Por último, destacamos una caravana para tres personas, también impresa en 3D, que está fabricada con polipropileno a base de fibra de vidrio y 7.400 botellas de plástico recicladas. Aunque no se trate de un coche como tal, este desarrollo de Lemki Robotix es especialmente interesante por tratarse de la primera caravana fabricada íntegramente mediante impresión 3D. Además, su nivel de confort es muy alto gracias al perfecto ensamblaje de sus piezas, que da como resultado un aislamiento térmico muy eficiente.

© Imágenes: Shutterstock.

Mutua Madrileña no se hace responsable del producto objeto de la presente entrada ni de las consecuencias de cualquier acción realizada en base a la información proporcionada. Esta información, obtenida de fuentes públicas, no supone, en absoluto, una recomendación de compra ni garantiza la calidad, disponibilidad y/o accesibilidad de los productos indicados.