A la hora de comprar un casco de moto adecuado, un buen motero siempre debe tener en cuenta que un casco no es un mero complemento, sino la mejor protección ante cualquier caso de accidente de tráfico. Su principal función es proteger la cabeza del motorista frente a golpes directos y evitar daños, por tanto, es transcendental hacer una buena elección de este elemento motero.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un buen casco de moto no solo evita hasta un 50% las lesiones graves en la cabeza, sino un 42% de mortalidad. Unos datos para tener en cuenta, dado que el 80% de las muertes en vehículos de dos ruedas se produce por esta tipología de traumatismos. Su uso es obligatorio desde 1992, tanto para el conductor como para un posible acompañante, y no llevarlo supone una multa de 200 euros más 3 puntos de carné de conducir.
Actualmente, el mercado ofrece un amplio abanico de modelos, sin embargo, no todos protegen del mismo modo u ofrecen las mismas prestaciones. Por esta razón, elegir el casco de moto más adecuado se convierte en una prioridad, independientemente del papel que juegue la estética o la marca.
En los casos de accidentes graves, el casco sale despedido en el 20 por ciento de las veces por no ajustarlo debidamente a la cabeza o por llevarlo desabrochado. Un punto que recoge la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (ANESDOR) en su guía de equipamiento, en el que aborda diferentes temas para que el usuario conozca el equipamiento recomendado para minimizar los daños en caso de caída o accidente. Además, en esta guía, cualquier motero puede consultar cómo saber cuál es la talla exacta de su casco y las pautas que verifican que es la correcta y, junto a esta premisa e igual de importante, la forma que tenga este elemento protector.
Una vez identificados estos dos factores, el usuario tiene a su disposición diferentes modelos con diferentes características que aseguraran el nivel de protección:
1. Integrales: Estos cascos son los más seguros. Su uso ese extiende a pilotos profesionales de motos de competición, ya que se trata de una sola pieza que protege y fija toda la cabeza, la barbilla y la mandíbula. Sus diseños son aerodinámicos y suelen estar elaborados de policarbonato, fibra de vidrio o kevlar.
2. Abatibles: También denominados modulares. Estos cascos parecen integrales por su estructura cerrada, encargada de proteger toda la cabeza, aunque están provistos de una pieza abatible en la zona del mentón a modo Jet que posibilita no tener que quitárselo. Su principal inconveniente es que resultan bastante pesados y restan seguridad a la protección.
3. Abiertos: Estos cascos jet son los menos seguros del mercado, dejando desprotegida la cara, la mandíbula y la barbilla. Generalmente, se utiliza en las épocas estivales para evitar el calor. Además, su diseño logra que distintos usuarios prioricen con esta elección la estética a la de seguridad.
La seguridad vial no tiene precio y, con el tiempo, la industria del motor ofrece una amplia gama de productos más innovadores y seguros. Ya sea en verano o inverno, cualquier motero tiene a su alcance la mejor indumentaria para hacer frente a cualquier imprevisto. Por lo tanto, a la hora de elegir un caso de moto adecuado, siempre hay que tener en cuenta que la seguridad que ofrece es una de las prestaciones más importantes.
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