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08 DE SEPTIEMBRE |

La conducción autónoma nos trae el piloto automático que conduce en caso de atasco.

El Audi A8 puede conducir de forma autopilotada en autovías y autopistas siempre que exista una barrera física que separe los sentidos de circulación y que no se pase de 60 km/h.

Las películas y series futuristas de hace treinta años basadas en coches fantásticos autodirigidos comienzan a quedarse cortas. Ya se sabe: la realidad puede acabar superando a la ficción. La conducción autónoma es ya, prácticamente, una realidad. Dejarse llevar por un piloto automático, acomodarse en el asiento del coche y relajarse, quedándose tranquilo porque el vehículo responderá solo y de forma inteligente ante la conducción, pronto será posible.

De hecho, los nuevos vehículos incluyen más sistemas inteligentes que hacen la conducción cada vez más sencilla. En las próximas semanas, saldrá al mercado el nuevo modelo Audi A8, el primer vehículo con piloto automático que permitirá que el conductor pueda despreocuparse prácticamente de la circulación en algunos momentos puntuales, como en los tediosos atascos.

El nuevo vehículo se presenta como uno de los iconos de la conducción autónoma: clasificado como nivel 3 en la escala SAE de automatismos, el Audi A8 puede conducir de forma autopilotada en autovías y autopistas siempre que exista una barrera física que separe los sentidos de circulación y que no se pase de 60 km/h. Esta funcionalidad hace del Audi 8 un vehículo ideal para hacer más llevaderas las retenciones o el tráfico lento (situaciones, por otra parte, que se pueden controlar de forma precisa con sistemas incorporados en vehículos de conducción autónoma). No se trata, por tanto, de un coche 100% autónomo, que pueda manejarse sin conductor, sino de un vehículo con un auténtico piloto automático, muy válido ante circunstancias incómodas, como los atascos.

El nuevo Audi A8 cuenta con cinco radares, seis cámaras, un escáner láser, 12 sensores de ultrasonidos, varios procesadores de gran potencia y pantallas táctiles de manejo sencillo y completamente intuitivo que permiten realizar numerosas funciones. Además, el sistema permite realizar otras muchas tareas totalmente sin manos: mediante el uso del asistente de control por voz, a través de un diálogo natural.

Una de las mayores controversias que está causando este tipo de innovación (automatismos del nivel 3) es que es necesario que cambie la vigente ley sobre circulación de vehículos a motor. La legislación actual no permite soltar las manos del volante ni desarrollar actividades diferentes a la conducción.

Entre las características de modelos como éste, de la categoría 3 de conducción autónoma y con piloto automático, destaca, por tanto, la plena capacidad del vehículo para conducir en casos de atascos y retenciones, sin superar los citados 60 km/hora. El conductor puede relajarse, aunque si llega a dormirse, el vehículo emitirá señales sonoras para despertarle. Es decir, debe responder si se producen fallos.

En la categoría 4 de automatismo, sin embargo, desaparece la figura del conductor y será el propio vehículo el que se detenga con seguridad ante cualquier anomalía de funcionamiento. En este caso, el primer modelo se espera que comience a ofrecerse en 2020.

El grado 5 de conducción autónoma, sin volante ni pedales, no estará disponible, según los cálculos actuales, hasta 2025. En esta categoría se insertan modelos como los VW Sedric y el coche de Google.

En definitiva, los avances aceleran y pronto la realidad de la circulación de los vehículos a motor superará las previsiones más imaginativas de las películas de hace apenas unas décadas. Quién sabe si nos encontraremos algún día con un auténtico KITT, como el de la famosa serie estadounidense Knight Rider (“El coche fantástico”). Ya no podemos descartarlo.

Imagen Patricia Pérez

Patricia Pérez

Comunicación Corporativa