Que el sector de la movilidad es uno de los principales núcleos de innovación nadie puede discutirlo a día de hoy. Hace apenas unos años, cualquier marca relacionada con el mundo del motor tenía claros sus límites de actuación y estaba claro qué rol jugaba cada uno: las marcas de coches, los diseñaban y fabricaban y las aseguradoras se comprometían a proporcionar seguridad a sus ocupantes. Pero el escenario ha cambiado de forma radical.
Icea y Altran han presentado el informe “El impacto del coche del futuro en el ramo de Automóviles” sobre el futuro en el ramo automóviles en el que evalúan cómo influirá el coche del futuro en las aseguradoras.
Entre las principales conclusiones, el coche conectado tendrá una implicación del 5 al 15% de los costes de gestión de siniestros, al tener un sistema denominado llamada automática o caja negra virtual de accidentes. Por otro lado, el coche autónomo, según este informe, podría suponer una reducción del 95% de siniestralidad, en niveles máximos de autonomía, lo que implicará un abaratamiento en las primas. Los cambios de los próximos años no solo serán tecnológicos sino también afectarán al mercado, las leyes, la sociedad y la cultura.
Con este desarrollo y gracias a la caída de barreras de entrada tradicionales en el sector, están entrando nuevos agentes en el sector asegurador, como las insurtech y las OEM, que apuestan por servicios de movilidad compartida con claros ejemplos como Car2go o Emov. Pero no solo hablamos de insurtech. Los gigantes tecnológicos como Google, Apple o Amazon o telecos como Telefónica junto a Huawei o Vodafone con Automotive, han entrado en el tablero de juego y están centrándose en seguridad, telemática y conducción asistida.
Con estos cambios la digitalización de las empresas será la clave para mantener su competitividad en un entorno cambiante y con la aparición de nuevos agentes.
La conclusión más destacable del informe es que las aseguradoras tradicionales tienen una oportunidad de cambiar su forma de operar, tomando al cliente como centro de su plan estratégico.
Queda de manifiesto que, además de adaptar las operaciones actuales, se crearán nuevas vías de negocio con nuevos riesgos como todo lo relacionado con ciberseguridad, además de nuevos modelos de negocio como los micro seguros, el car sharing o los seguros basados en el uso conocidos como UBI.
El mayor problema al que se enfrentan las empresas del sector, según los resultados del informe, es a la necesidad de ser ágiles y tener una elevada capacidad de cambio, casi en tiempo real.
Para conseguir transformarse, la clave será el control y gestión de los datos, ya que previsiblemente las primas en los coches autónomos se creen, serán menores y habrá que hacer un reajuste para analizar a cada cliente y valorar los riesgos. Gracias al uso de analítica detallada, se podrá implementar precios personalizados y una relación más directa entre cliente y empresa.
En cualquier caso, los cambios ya se están produciendo a marchas forzadas. La revolución en la movilidad, se centra en la actualidad en cambios tecnológicos dentro de los modelos actuales de vehículos a través de nuevos sistemas de frenado automático entre otras apuestas por mejorar la seguridad y ya están mostrándose los primeros prototipos de coches con altos niveles de autonomía como el prototipo de coche autónomo compartido de Renault.
Las aseguradoras, marcas de automóviles y tecnológicas están inmersos en la carrera por hacerse con el liderazgo de un sector que promete ser uno de los grandes focos de innovación en los próximos años.