La llegada de los coches eléctricos ha venido acompañada de una creciente necesidad de soluciones tecnológicas que faciliten su recarga.
A través de las aplicaciones móviles, los conductores de vehículos eléctricos pueden localizar estaciones de carga, gestionar la recarga y efectuar pagos de forma sencilla. Sin embargo, el ecosistema de estas apps aún es diverso y, en ocasiones, fragmentado, lo que plantea tanto ventajas como desafíos para los usuarios.
Existen tres tipos principales de aplicaciones móviles relacionadas con la recarga de vehículos eléctricos.
El primer grupo son las apps que permiten localizar estaciones de carga, como Electromaps, PlugShare y ChargeMap. Estas aplicaciones permiten a los usuarios encontrar puntos de carga tanto en la red pública como en la privada, ofreciendo detalles como el tipo de conector disponible, la velocidad de carga y si la estación está ocupada en ese momento. Información que puede resultar útil para planificar viajes o cargar el vehículo en zonas específicas.
El segundo tipo de apps incluye a las que, además de localizar estaciones, permiten gestionar la recarga y realizar el pago. Las comercializadoras de electricidad han creado sus propias aplicaciones para reflejar las estaciones de su red y, a través de ellas, los usuarios pueden iniciar y detener la carga, pagar digitalmente, etc. Para evitar esta fragmentación que haría que el usuario tuviera que descargarse una app para cada red, existen plataformas como Electromaps que, además de localizar estaciones de carga, permiten gestionar la recarga y el pago en varias redes, aunque no en todas.
El tercer tipo de aplicaciones, menos comunes, son las que ofrecen una gestión integral de la recarga tanto pública como privada. Tesla, por ejemplo, tiene una app que permite no solo localizar y pagar en sus estaciones de Superchargers, sino también gestionar la carga en casa si el usuario cuenta con un cargador de Tesla instalado. Estas soluciones integrales simplifican la experiencia de los conductores, aunque siguen siendo exclusivas de determinadas marcas. Además, hay herramientas como el Punto de Acceso Nacional de Tráfico y Movilidad de la DGT, que pueden implementarse en navegadores y aplicaciones ya existentes para facilitar el acceso de los usuarios a las estaciones de carga.
Además de localizar la ubicación de los puntos de recarga, estas apps ofrecen datos útiles para la planificación de los desplazamientos en coches eléctricos.
Por otra parte, la información relevante sobre los vehículos eléctricos se está implementando ya en aplicaciones que ya existen, como Google Maps. Desde la versión integrada en el coche, esta app está incorporando información que puede ser de ayuda para los conductores. Primero, porque, al buscar un destino, la app estima con qué carga de batería llegará el vehículo al término del desplazamiento. Y también porque, como muchas de las aplicaciones antes mencionadas, permite planificar paradas en la ruta al destino marcando las estaciones de carga, pudiendo seleccionarla según el tipo de cargador, red de pago, velocidad de carga… Al seleccionar una estación de carga, Maps indica el tiempo de carga mínimo recomendado, lo que sirve de ayuda en la planificación del viaje.
Recargar un coche eléctrico en las ciudades españolas está volviéndose cada vez más sencillo, especialmente en grandes áreas metropolitanas, en las que va aumentando el número de puntos de recarga públicos disponibles. No obstante, la cobertura en autovías y carreteras secundarias es más limitada, lo que puede complicar los trayectos largos, obligando a planificar con antelación las paradas de carga. Además, la velocidad de carga en algunas estaciones interurbanas sigue siendo más baja que en las ciudades, con cargadores de 22 kW en lugar de los más rápidos de 50 kW o más.
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