Los llamados vehículos de movilidad personal (VMP) están proliferando en las calles de nuestras ciudades a un ritmo vertiginoso. El uso del patinete eléctrico, el segway, el hoverboard o el monociclo, supone un alivio para el tráfico en las grandes ciudades, aunque también multiplica los problemas de convivencia entre todos estos dispositivos, más las bicicletas, scooters, motos, automóviles y peatones. Es por este motivo por lo que las autoridades encargadas de la movilidad y la seguridad vial imponen cada vez una reglamentación más estricta y, paralelamente, los fabricantes desarrollan ofertas más seguras a través de la tecnología.

“Spin Insight Level 2 powered by Drover AI” es el nuevo lanzamiento de Spin, la filial de movilidad eléctrica urbana de Ford Motor Company. Se trata de un patinete eléctrico que incorpora un dispositivo de Inteligencia Artificial capaz de reconocer el entorno y el tipo de calzada por el que circula. La gran ventaja de este patinete con respecto a otras soluciones basadas en la IA es que su funcionamiento no depende de la localización por GPS, sino que se sirve de cámaras similares a las de los coches autónomos. De esta manera, el vehículo distingue entre un pavimento reservado al uso peatonal de una vía asfaltada sin importar las obras o cambios de uso que se produzcan en la ciudad.

Además, al detectar que se está circulando por un tramo prohibido, como una zona peatonal, el dispositivo emite una alarma de advertencia personalizable y ralentiza su velocidad hasta un máximo de 5 km/h para evitar atropellos. Al rodar por un carril bici, el sonido es similar al timbre de una bicicleta y si se circula por la carretera lo hace de manera silenciosa por defecto, aunque también se puede personalizar en función de la normativa de cada localidad.

Otra de las novedades que ofrece el patinete de Spin es el aviso de estacionamiento incorrecto. En este sentido, la configuración de la herramienta va más allá de un simple aviso acústico y lo que hace es emitir de manera ininterrumpida un molesto sonido. Por otra parte, la aplicación de Spin, cuya descarga e instalación a través de App Store o Play Store es imprescindible para el alquiler de estos patinetes, sigue acumulando coste por minutos de uso y no permite dar por finalizado un trayecto hasta que el dispositivo queda bien aparcado. Esto evita que queden unidades abandonadas en cualquier parte obstaculizando la vía pública.

En cuanto a prestaciones y equipamiento, este avanzado dispositivo de micro movilidad que, aunque todavía sin cámaras, opera ya en más de cien ciudades desde marzo de 2021, dispone de una batería intercambiable que alcanza entre los 50 y los 60 kilómetros de autonomía. Su triple freno, uno electrónico y los otros dos mecánicos, es suficientemente eficaz para detener el patinete por completo en pocos segundos incluso cuando circula a sus 25 km/h de velocidad máxima. Para evitar que caiga cuando se encuentra estacionado, cuenta con un caballete similar al de los scooters.

El uso de los vehículos autónomos es una promesa de futuro que comienza a hacerse realidad. Estos coches inteligentes podrán utilizarse para el transporte de mercancías a lugares de alto riesgo, en aquellos trayectos muy repetitivos en los que la fatiga puede ser un factor de riesgo, para asistir a personas con problemas de movilidad, a mayores o a menores, así como para el transporte de la población en general.

El desarrollo de esta tecnología va a conllevar grandes cambios en múltiples ámbitos, como, por ejemplo, en el sector asegurador. De hecho, Mutua Madrileña colabora con esta iniciativa puntera asegurando el vehículo. Tal y como afirma Jaime Aguirre de Cárcer, subdirector general de Negocio Asegurador y Movilidad de la compañía, “para Mutua Madrileña la participación en el proyecto NEVA, con la creación de un seguro específico para el vehículo autónomo, nos permite continuar apostando por la innovación y las nuevas tendencias del mercado, preparándonos así para aprovechar las oportunidades que transformarán el modelo de negocio asegurador en los próximos años”.

NEVA, el prototipo que ya está en circulación en el Sandbox de Villaverde (La Nave), impulsado por la asociación sin ánimo de lucro Madrid Futuro, es capaz de reconocer el entorno y mejorar su comportamiento auto entrenándose. A diferencia de otros vehículos similares ya existentes, este prototipo nace con un reto: democratizar el desarrollo y uso del vehículo autónomo a unos costes razonables, que, según explica Francisco Badea, director general de FEM Expert, pueden ascender a unos 500.000 euros.

El vehículo autónomo ha sido creado por la empresa de ingeniería FEM Expert y la Universidad Nebrija, a través del grupo GREEN de Investigación en Ingeniería de Vehículos. Un proyecto que combina ingeniería puntera (sensórica, mecánica, inteligencia artificial, machine learning…) con otros campos como la informática, la ética y la psicología, o las cuestiones legales que se derivan de la imprescindible homologación del vehículo.

En cualquier caso, la llegada de los vehículos autónomos a nuestras calles no será repentina: comenzará en zonas controladas y trayectos muy repetitivos, para ir valorando su ampliación a nuevas áreas, conforme los vehículos vayan incorporando aprendizajes que les permitan desenvolverse con una autonomía total.