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Phoenix, la nueva batería de Greater Bay Technology, ofrece un desempeño óptimo en cualquier condición climática.
Los grandes retos del coche eléctrico se centran en cuatro aspectos fundamentales de sus baterías: la autonomía, el tiempo de recarga, la vida útil y el precio. La batería es el corazón de la movilidad eléctrica y el punto donde se centran casi todos los esfuerzos de los fabricantes. Y lo cierto es que las novedades en este sentido han sido notables en los últimos años, pero pocas en comparación con lo que está por llegar.
Según un estudio de la empresa surcoreana SNE Research, China acapara el sector de las baterías para vehículos eléctricos con un 60,5% del mercado internacional y seis empresas situadas en el “top ten” mundial, entre ellas CATL (Contemporary Amperex Technology) como líder en producción.
Ahora, otra compañía china promete alcanzar los soñados 1.000 km de autonomía gracias a una batería a la que no le afecta el frío, que es uno de los grandes enemigos para el rendimiento de estos componentes. Se trata de Greater Bay Technology, filial de GAC Group, que ha diseñado esta innovadora batería llamada Phoenix. La principal virtud de este prototipo es la velocidad a la que transfiere el calor, lo que le permite desempeñar un funcionamiento óptimo en cualquier condición climática. Gracias a sus materiales semiconductores y a una excelente gestión térmica, el módulo de la batería Phoenix puede pasar de los -20ºC a los 25ºC en menos de cinco minutos.
Una transferencia de calor tan rápida afecta, además de a la autonomía, al tiempo necesario para recargar la batería, disminuyéndolo drásticamente. Según afirma Huang Xiangdong, cofundador y presidente de Greater Bay Technology, la batería Phoenix puede recuperar el 80% de su carga máxima en tan solo 8 minutos. Con eso bastaría para recorrer una distancia aproximada de 1.000 km, mientras que con 5 minutos de carga sería suficiente para circular 200 kilómetros. Sin duda se trata de tiempos muy razonables y casi equiparables a los necesarios para repostar un depósito de combustible. Una autonomía y un tiempo de carga semejantes podría decidir a muchos usuarios por el vehículo eléctrico, siempre que el precio de una batería de estas características no fuera desorbitado.
El módulo de la batería Phoenix puede pasar de los -20ºC a los 25ºC en menos de cinco minutos.
Y es que el precio es todavía uno de los problemas por resolver. Debido fundamentalmente a la escasez de materias primas como el litio, los costes de producción de las baterías son muy elevados y crecen en función de la potencia, a razón de unos 128 dólares por kWh.
Además del prototipo presentado por Greater Bay Technology, muy realista en cuanto a las opciones de llegar al mercado en un futuro próximo, existen otras iniciativas capaces de revolucionar el sector de la movilidad eléctrica, como la batería en estado sólido presentada por Toyota, la batería condensada de CATL, o la propuesta por el fabricante también chino, Gotion High-Tech, que utiliza el manganeso y cuya tecnología se basa en la refrigeración líquida de doble cara. En este último caso, la compañía asegura que sus baterías podrían funcionar durante dos millones de kilómetros o unos 130 años.
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