Los radares son uno de los elementos más temidos por los conductores. Hace unos años, tan solo teníamos que estar atentos de los radares fijos, instalados en las carreteras, o los radares móviles, instalados en los de tramos, pero ahora para evitar una de las multas que más puntos restan a nuestro carné de conducir, no solo tenemos que estar atentos de los nuevos radares velolaser o drones, sino también de las futuras señales de tráfico inteligentes.
Este futuro inmediato ya se ha materializado en un prototipo creado por un grupo de investigadores de la Universitat Politècnica de Valencia (UPV), en colaboración con expertos de la Universidad Nacional de Tsignghua (Taiwán). Un proyecto que convertirán a las señales de tráfico que conocemos hoy en día en radares fijos.
Actualmente, las señales de tráfico tienen un valor informativo crucial. Sirven tanto para regular la circulación como para informar del estado de la calzada, su trazada y la forma más segura de conducción. Además, algunas de ellas advierten a los usuarios de la existencia de un peligro en la vía o situación poco común.
Sin embargo, este sistema ofrece información de manera estática y no siempre pueden adecuarse a la realidad y a las circunstancias a las que estemos expuestos durante la conducción. Por ello, con este nuevo prototipo, el sistema de señales podría convertirse en señales inteligentes, concebidas para entornos críticos como puntos negros, y zonas de baja visibilidad e, igualmente, para optimizar el ecosistema de la seguridad vial, además de convertirse en cinemómetros fijos.
Estas señales de tráfico estarán equipadas con un ordenador integrado Raspeberry PI, una batería y una antena. Elementos que permitirán que estos dispositivos se puedan comunicar directamente con cualquier vehículo, a través de la definición de su ubicación, e indicarles antes de que circulen por una vía, tanto las limitaciones de ese tramo como indicaciones sobre el tipo de vía.
Los vehículos receptores que dispongan de este sistema recibirán la información en el cuadro de instrumento o navegador de una forma similar a como ocurre con los vehículos que están equipados con sistemas de interpretación de señales.
De esta forma, los conductores conocerán a priori, las órdenes que indiquen adecuar la marcha. En el caso de no cumplir con las indicaciones previas, la señal se transformará en un radar y multará al infractor.
En este sistema, la comunicación ejercida entre estos dispositivos y vehículos será bidireccional para permitir enviar la ubicación del coche y éste, a su vez, ejerza como emisor al resto de vehículos que le siguen, creando así una red de comunicación.
Además de la capacidad de prevenir accidentes e infracciones, otra de las ventajas que tendrán estas señales de tráfico variable es que evitará el cambio de infraestructura, es decir, si las señales necesitan ser modificadas por actualizaciones en las leyes de circulación, no sería necesario cambiar la señal completa, sino simplemente reconfigurarla, lo que supone el ahorro del desembolso que lleva a cabo.