La propuesta supone una alternativa sostenible a los motores diésel instalados en las locomotoras convencionales. Y es que la lucha contra la contaminación atmosférica provocada por los combustibles fósiles no puede limitarse a los vehículos privados. El transporte público de personas y mercancías, y en particular los trenes, forman parte del objetivo común de emisiones cero.
Este sistema de propulsión está basado en el hidrógeno y las pilas de combustible. Su diseño modular lo hace compatible con cualquier tren del parque ferroviario español, aunque en principio, su implementación está prevista para la plataforma de los nuevos trenes de Cercanías y Media Distancia “Vittal”, en la que Talgo trabaja junto a RENFE y diferentes procesos de licitación, tanto en España como en otros países.
Extremadura, concretamente la localidad de Don Benito, ha sido el punto elegido para poner en marcha el desarrollo de esta tecnología. Las primeras pruebas de validación en vía se esperan realizar durante el último trimestre de 2021.
Eso en cuanto a España, donde también se trabaja en modelos nuevos de Ave Low Cost, pero los primeros modelos alimentados por pila de combustible comenzaron a probarse en Alemania en 2018, de la mano de empresas como Alstom. Tras un largo período experimental de año y medio, el gobierno alemán ha dado el visto bueno para que 14 de sus trenes se pongan en circulación sustituyendo el diésel por el hidrógeno de cara a 2022. El modelo alemán, “Coradia iLint”, tiene una autonomía de unos 1.000 km, equivalente a las locomotoras convencionales.
Una de las grandes ventajas de este sistema, además de la ecológica, es que no precisa una transformación de la red ferroviaria y es aplicable a todas aquellas líneas que no cuentan con sistema de electrificación mediante catenaria. La explicación es sencilla. Las pilas de combustible junto con el hidrógeno almacenado provocan una reacción química cuyo resultado es energía eléctrica, que es la que en definitiva hace que el tren se mueva. Pero también disponen de baterías puramente eléctricas para los momentos de aceleración.
A diferencia de los coches, autobuses o camiones, los trenes no necesitan una gran energía motriz para mantener la velocidad, debido a la poca resistencia por rozamiento entre las vías y las ruedas. Sin embargo, su peso sí exige mucha potencia para empezar a moverse o aumentar su velocidad. De ahí que incorporen esas baterías eléctricas para facilitar la aceleración. Igual que en muchos vehículos híbridos y eléctricos, el sistema de frenado recarga esas baterías y hace innecesaria la instalación de catenarias en las vías.
Otro de los factores importantes a tener en cuenta es que el modo de obtener el combustible sea también ecológico. En ese sentido, Talgo se compromete a que sus sistemas de producción de hidrógeno se basen en energías renovables como la solar fotovoltaica o eólica.
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