Según declaraciones del CEO de la compañía, Lei Jun, su primer lanzamiento se comercializará durante la primera mitad de 2024. Tras este anuncio y su posterior confirmación en la red social china Weibo, las acciones de Xiaomi subieron repentinamente más de un 5%.
Aunque la marca asiática es conocida principalmente por los teléfonos móviles, su catálogo de productos es mucho más amplio y no se limita únicamente a los aparatos electrónicos. Xiaomi dispone también, entre otras, de una plataforma de software dedicada al IoT (internet de las cosas), capaz de conectar a través de la nube diferentes dispositivos tanto de fabricación propia como de terceros. Algunos de los dispositivos que produce la marca son electrodomésticos inteligentes de gran éxito en China, pero no comercializados en Europa por el momento. Un ejemplo es el horno de aire caliente Miija Smart Steam Small Oven, que se controla desde una app móvil.
Sin intención de abandonar o reducir la producción de smartphones, que constituye su principal negocio, la compañía ha decidido contraatacar ante la feroz competencia que presentan otras empresas del entorno. Debido a esta amenaza y tras perder cuota de mercado, los responsables de la firma han explorado otras vías de expansión y han descubierto en la movilidad eléctrica una nueva oportunidad de crecimiento. Fruto de esa estrategia son los patinetes, bicicletas y ciclomotores que la marca ya comercializa con éxito gracias a su relación calidad-precio.
Lo natural era que esta línea de negocio diera un paso más y desembocara en el coche eléctrico, como así ha sido. Ya el pasado mes de marzo, fuentes de la compañía anunciaron la creación de un departamento específico independiente con trescientos empleados, centrado en el diseño y producción de este tipo de vehículos. Como respaldo a la financiación de este desarrollo, Xiaomi ha destinado 10.000 millones de dólares durante los próximos diez años.
Si no se producen cambios o una reestructuración del sector, el escenario que se va a encontrar Xiaomi Automobile cuando se incorpore a este mercado como fabricante en China, va a ser de una competencia descontrolada, con rivales tan fuertes como Nio, Xpeng, Tesla y BYD. Hay informaciones que apuntan a unas trescientas empresas dedicadas a esta actividad en el país asiático. De hecho, el pasado mes de septiembre el ministro de industria chino, Xiao Yaquing realizó un llamamiento a los fabricantes con estas declaraciones: “tenemos demasiadas empresas de vehículos eléctricos en el mercado en este momento. Alentamos los esfuerzos de fusión y reestructuración en el sector de los vehículos eléctricos”.
El pronóstico de ventas de vehículos eléctricos que augura Canalys para final de este año en China es de 1,9 millones de unidades, con un crecimiento interanual del 51%. Los esfuerzos del gigante asiático se centran en organizar megamarcas exitosas a nivel local para, más adelante, lanzarlas a competir en el mercado internacional.
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