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Como si de una guerra fría se tratase. China ha vuelto a plantar cara a la inversión tecnológica estadounidense para mostrarse ante el mundo como uno de los mayores representantes de innovación y experiencia de usuario. La excusa esta vez ha sido un parque de atracciones un tanto particular.
Oriental Science Fiction Valley nace con la etiqueta de ser el parque de atracciones de realidad virtual más grande del mundo. Esta es la gran apuesta del gigante asiático para continuar potenciando la visibilidad del país como una nación innovadora y con una oferta de ocio diferencial. El parque, que abrió sus puertas con una primera fase en diciembre de 2017, sorprende a propios y extraños con su apuesta por soluciones de ocio que atraen a grandes masas de turismo.
Guiyang, en la provincia Guizhou, es la zona elegida para llevar a cabo este proyecto y estará dividido en 15 partes diferentes, formadas por un total de 35 atracciones que ofrecerán una amplísima variedad de opciones temáticas, desde castillos futuristas, salas de tiro virtuales, campos de batalla espaciales, entre otras.
La gran atracción será un robot gigante de 53 metros de altura, visible desde cualquier punto de la instalación, desde el cual se podrá hacer puénting.
La forma de disfrutar de la experiencia será muy sencilla. Al entrar, cada usuario recibirá unas gafas de realidad virtual para que pueda ver todo lo que el parque le ofrece y pueda disfrutar de todas las actividades.
En la actualidad continúa el trabajo de finalización del parque, que tiene como fecha fin el próximo verano.
El compromiso de China se refleja en el volumen de la inversión ya que, cuando se finalice la obra, el gigante habrá desembolsado alrededor de 1.500 millones de dólares para poner en marcha un parque de atracciones con una extensión de 8 kilómetros cuadrados. Una inversión que se enmarca en plan más general con un objetivo prioritario en China: reducir la contaminación
El parque permitirá reactivar la economía de una de las regiones más pobres de China y buscar el camino hacia una economía medioambientalmente más sostenible. La previsión del gobierno chino es alcanzar un beneficio de 8 billones de dólares hasta 2020, a la vez que consigue ser un punto de referencia mundial para los amantes de la realidad virtual, y de la tecnología en general.
La realidad virtual está permitiendo crear experiencias de usuario diferenciales. No hace falta trasladarse a China para disfrutar de este tipo de experiencias en casi cualquier ámbito. Muestra de ello, son las Gafas Relumino, que permiten mejorar la visión de personas con problemas hasta ahora casi incurables, o la aplicación en el ámbito de la enseñanza a través de Google expeditions que permite dar mayor realismo a las clases de historia.