El uso de auriculares para poder escuchar música mientras practicas deporte, ver una serie sin molestar al de al lado o poder realizar una llamada telefónica mientras tienes las manos libres es muy común y también muy práctico.
Los cascos o auriculares más comunes en el mercado son los tradicionales, es decir, los que utilizan altavoces para emitir ondas sonoras muy cerca o dentro del oído, mediante un proceso denominado conducción del aire. Pero este tipo de auriculares tiene algunas desventajas para algunas personas como la incomodidad de llevarlos introducidos en los oídos, dolor en las orejas, la sensación de vacío que producen los modelos con almohadillas, o el temor a daños en el tímpano o que puedan propagarse bacterias en el canal auditivo.
Todo ello ha abierto camino a dos modelos más innovadores y con mayores ventajas: los auriculares de conducción ósea y los de diseño abierto. Ambos tipos de auriculares tienen una cosa en común: no se introducen en el pabellón auditivo.
Los auriculares de conducción ósea utilizan tecnología de conducción ósea para transmitir el sonido a través de los huesos del cráneo, en lugar de enviar el sonido directamente al canal auditivo. Y al no pasar el sonido a través del tímpano, éste no se daña fácilmente incluso si el volumen es alto. Estos auriculares, que suelen ser de plástico o de metal, descansan sobre los pómulos y las vibraciones se propagan por el cráneo hasta llegar al oído interno. Esto significa que no bloquean el canal auditivo, lo que permite al usuario escuchar música o recibir llamadas mientras sigue siendo consciente de los sonidos ambientales, como el tráfico o las conversaciones.
Este último aspecto es de gran ayuda para deportistas que realizan su actividad en entornos urbanos porque es necesario percibir el ruido ambiente y las señales sonoras, sobre todo las de los coches, por la peligrosidad que pueden entrañar.
Entre sus inconvenientes se encuentra el sistema de sujeción: usan una cinta que une las orejas por la parte posterior de la cabeza, conectando los dos dispositivos, pero muchas veces no es un sistema óptimo. Y la calidad de sonido que suele ser aceptable pero no excepcional.
Los auriculares de diseño abierto, o conducción aérea de oído abierto, son aquellos que utilizan la acústica natural del oído, por tanto, no sellan completamente el oído del usuario, permitiendo que el aire y el sonido circulen libremente a través de los auriculares, lo que proporciona una sensación más natural y una mejor percepción del entorno. Y a la vez ofrecen una gama más amplia de frecuencias y una salida de audio más clara.
Estos auriculares no presionan los canales auditivos, sino que se sitúan sobre ellos, lo que reduce la presión y la acumulación de calor asociados con los auriculares tradicionales. Su diseño es particularmente atractivo para quienes encuentran incómodas las vibraciones de los auriculares de conducción ósea.
También permiten cierta cantidad de sonido ambiental, aunque no con el mismo nivel de permeabilidad que los audífonos de conducción ósea.
© Imágenes: Shutterstock.
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