La serie británica Black Mirror abría su tercera temporada en octubre de 2016 con Nosedive, una predicción sobre lo que está a punto de suceder en China. En este capítulo la protagonista, obsesionada con su imagen pública, buscaba ascender dentro de un supuesto ranking público de influencers para acceder a los privilegios que solo podían gozar las personas con mayor puntuación social: viviendas en barrios exclusivos, asientos preferentes en aviones, alquiler vehículos de lujo, etc.
Una vez más la realidad supera la ficción. Hace semanas vimos como China había diseñado el mayor purificador de aire para combatir su elevado nivel de contaminación. Parece que ahora, el gobierno chino pretende “purificar” el comportamiento de sus ciudadanos aplicando un sistema de calificación social. Mediante una puntuación, llamada” crédito social”, China conocerá el nivel de confiabilidad de sus habitantes. Pero, ¿cómo se mide el nivel de confianza que posee cada persona en el país más poblado del mundo?
Pese a lo que pueda parecer, poco tienen que ver los likes en Facebook, Twitter, Instagram u otras apps alternativas como Vero. Digamos que aquí lo verdaderamente importante son los “no me gusta” de un único follower: el gobierno chino.
Hay que recordar que China obtiene información de todos sus ciudadanos a través del control de la mensajería instantánea, redes sociales, buscadores web, etc. Una serie de datos personales que un algoritmo complementa con otras cifras derivadas de su actividad comercial, política, legal o financiera.
De esta manera, acumular multas de tráfico, retrasos en el pago de impuestos o haber protagonizado conflictos en medios de transporte, repercutirá de forma negativa en nuestro crédito social. Como castigo, aquellos ciudadanos con un crédito social insuficiente, es decir, poco confiables, tendrán prohibido viajar tanto por tren como en avión, pudiendo durar este veto hasta un año.
Este programa de crédito social en China llegará de manera oficial el próximo 1 de mayo pero, aunque el Gobierno ya reconocó su existencia el año pasado, no veremos su versión definitiva hasta 2020.
Si sirve de consuelo, al igual que en Black Mirror, aquellos ciudadanos con un alto nivel de confiabilidad serán recompensados con una serie de privilegios como colas preferenciales, alquilar coches o bicicletas sin depositar fianza, etc. Sin embargo, la población no tiene acceso a estos datos, por lo que la amenaza a una posible sanción está siempre presente.