Si alguna vez has realizado alguna inmersión de larga duración, seguro que mientras disfrutabas de la fauna marina has pensado que no te gustaría terminar tu inmersión en apenas 45 minutos. Esto es algo que podrás evitar a partir de ahora si dispones del campamento base de Ocean Space Habitat.
Una de las reglas que todo buceador, ya sea o experto, que debe seguir al pie de la letra es: la cantidad de oxígeno que hay en su botella y el tiempo de inmersión, además de la profundidad a la que vaya a bucear. Si el buceador o buceadora no está atento a estas variables, lo que podría ser un deporte tranquilo y relajado, puede convertirse en un deporte de riesgo en toda regla.
En la primera inmersión a profundidades de más de 5 metros, cualquier instructor o instructora enseña a manejar el profundímetro y el barómetro para que posteriormente el buceador pueda dominar con estos dos elementos uno de los ejercicios más complejos en el buceo que, además delimita el conocimiento del buceador: la flotabilidad y consumo de oxígeno.
La flotabilidad permite controlar las variables de estos elementos a través de los pulmones. Cuanto más profundas sean las inmersiones, mayor presión habrá en la botella. Esto significa que, a mayor densidad y a mayor presión y, por tanto, se consumirá mayor oxígeno, por lo que el tiempo de inmersión se verá reducido. Este resultado, conlleva a que en estas inmersiones los buzos tengan que subir de nuevo a la superficie para poder sustituir su botella por otra que esté llena de oxígeno.
Para optimizar una práctica que lleva realizándose de manera rudimentaria, sobre todo en los países orientales, un par de experimentados buceadores, el veterano, Michael Lombardi y el profesor de la Universidad de Nueva York, Windslow Burleson, han desarrollado una forma innovadora para poder disfrutar del buceo durante más tiempo sin la necesidad de subir a la superficie, y desperdiciar energía y tiempo.
A esta novedad la han bautizado como el campamento base Ocean Space Habitat (OSH). Pensado para expediciones que requieran mayores tiempos de inmersión, este campamento submarino inflable permite crear un espacio seco en su interior para que los buceadores puedan sentirse seguros.
En él, los buzos podrán descansar durante la actividad, y así rebajar la fatiga y calambres que puedan causar el aleteo y los nervios, comer y cambiar sus botellas. Además, para buceadores inexpertos, en ocasiones cuanto menor sea la profundidad, menor es la flotabilidad, por lo que gracias a esta patente podrán esperar durante las paradas de descompresión de forma más amena.
Este refugio submarino tiene una capacidad para dos personas. Sus materiales están compuestos por una mezcla de vinilo y nailon, con esparadrapos de poliéster para el soporte y una carcasa elaborada con acero inoxidable. Gracias a su depuradora de dióxido de carbono y sus ventiladores internos permiten que la atmósfera del interior sea transpirable durante casi 6 horas.
Esta tecnología permitirá que se pueda disfrutar durante más tiempo de las maravillas de océano, tan inmenso y poderoso, aunque todavía tendremos que esperar, puesto que está en fase prototipo hasta que sus creadores consigan el apoyo de inversores. Mientras, para recuperar este paraje tan dañado por el ser humano, la innovación comienza a subsanarlo con proyectos como por ejemplo los drones de las playas de México o la iniciativa de Ecoalf.