Cíborgs, androides, humanoides…, la realidad ya está muy cerca de superar a la ficción con prototipos de robots que piensan y toman decisiones por sí mismos. Y es que las capacidades de esta tecnología dibujan un futuro próximo más prometedor que distópico.
“Figure 01” es la última gran revelación que ha entrado en la escena robótica. Y lo ha hecho para desbancar a la estrella cibernética de Tesla, el Optimus que, a su vez, superaba a su predecesor, el Tesla Bot. Este humanoide, en 2021, suponía una gran evolución en cuanto a capacidades. En tan solo tres años, los movimientos de estos robots humanoides se han ido haciendo cada vez más naturales, sus habilidades psicomotrices se han afinado y el potencial “cognitivo” también ha mejorado.
La gran novedad de este nuevo robot autónomo, Figure 01, es su capacidad de razonar, mantener una conversación en lenguaje natural y diferenciar elementos de su entorno por sus características (por ejemplo, puede diferenciar una manzana como producto comestible de otros objetos no comestibles). Sus movimientos son casi tan precisos como los de un ser humano, de hecho, varias compañías están incorporando este tipo de “robots humanoides” en sus cadenas de producción.
Estos robots comienzan a incorporar avances como la capacidad de razonar o conversar en lenguaje natural.
Detrás de Figure 01 se encuentra Figure AI, una startup que ha conseguido el respaldo de compañías tan relevantes como Amazon, Microsoft, LG, NVIDIA y Samsung, además de un acuerdo de colaboración con OpenAI. Gracias a esta colaboración, el robot integra la Inteligencia artificial de OpenAI, lo que, sumado a la precisión de sus movimientos, lo valida para desenvolverse con soltura en almacenes y fábricas. Otras características son que puede levantar cargas de hasta de 20 kg y moverse a una velocidad de 4,3 km/h con una autonomía de cinco horas. Esas redes neuronales de OpenAI le dotan de capacidades de razonamiento visual y comprensión de lenguaje que le permiten seguir aprendiendo.
Y esto parece seguir siendo solo el principio de una larga evolución cuyo desenlace es difícil de predecir. De momento, la startup ha llegado a un acuerdo con BMW para utilizar los androides en las fábricas y que puedan encargarse de las tareas más difíciles o peligrosas.
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