Cualquier smartphone puede convertirse en una academia de inglés adaptada al nivel y disponibilidad de cada usuario.
Existen muchas herramientas y plataformas en internet para aprender idiomas: algunas de pago, otras gratis y casi todas centradas en la práctica y armadas sobre una base tecnológica avanzada. Uno de los últimos lanzamientos ha sido el de Google, que ha anunciado la integración de una solución de aprendizaje del idioma en su buscador.
Al realizar una búsqueda en la que el usuario quiera traducir un texto hacia o desde el inglés y a través de su dispositivo Android, Google mostrará junto a la traducción el acceso a una sesión de práctica de 3 a 5 minutos, en la que el usuario podrá practicar el idioma y recibir comentarios personalizados. Con la ayuda de un código de color, el sistema informará de si la pronunciación ha sido correcta, si la locución es coherente y si lo habría entendido un interlocutor real.
La oferta de aplicaciones y plataformas para el aprendizaje de idiomas de manera autónoma, sin límites de horarios y adaptadas al nivel del estudiante, es muy amplia. Casi todas las herramientas disponibles se centran en ampliar vocabulario y gramática, así como ganar soltura mediante repeticiones. Una vez creado un perfil en el que se establecen parámetros como el nivel y los objetivos que se quieren alcanzar, el estudiante dispone de diferentes ejercicios y audios para trabajar aspectos como pronunciación, comprensión de diferentes acentos, estructura gramatical, etc. En la mayoría de los casos, la metodología se apoya en juegos y motivación (gamificación), que buscan generar una rutina de continuidad, esencial para avanzar. Por otra parte, el debate sobre la eficacia real de estas herramientas está abierto, aunque nadie discute que son una buena ayuda para ganar soltura.
La gamificación puede aumentar la motivación y hacer que el proceso de aprendizaje sea más ameno.
La tecnología facilita el acceso al estudio de idiomas a través de este tipo de aplicaciones, al mismo tiempo que las academias tradicionales no se quedan atrás y también se suman al uso de los avances tecnológicos. Aulas virtuales, evaluaciones automatizadas o grupos de estudio online son ya muy frecuentes en cualquier centro docente.
Mientras la IA abre las puertas a nuevas opciones, como los dispositivos que realizan traducción en tiempo real, la comunidad científica destaca los beneficios que proporciona aprender un segundo idioma: mejora la creatividad, afina el oído, previene la demencia, entrena la memoria, aumenta la capacidad matemática, favorece la concentración, acelera la recuperación de un accidente cardiovascular e incrementa la flexibilidad cognitiva.
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