Una nueva técnica de biopsia líquida puede ayudar a personalizar el diagnóstico y el pronóstico del cáncer de mama de forma precoz y con solo una muestra de sangre.
Una de cada ocho mujeres enfermará de cáncer de mama a lo largo de su vida. En España, y según los últimos datos recogidos por el Sistema Europeo de Información del Cáncer (ECIS, por sus siglas en inglés), en 2020 se diagnosticaron 34.088 nuevos casos de cáncer de mama, siendo este tipo de tumor el más frecuente entre las mujeres en nuestro país por delante del cáncer colorrectal, de útero, de pulmón y de ovario.
Una vida sana y activa ayuda a evitar enfermedades como el cáncer y, en el caso concreto del de mama, también las revisiones periódicas y la mamografía, como prueba específica y más común para un diagnóstico temprano. Cuando se detectan imágenes anómalas en una mamografía, se realiza la biopsia de mama. Y, aunque España está, junto a Dinamarca y Finlandia, en los puestos de cabeza en cuanto a cribado del cáncer de mama en Europa, aún hay un 5% de mujeres, entre los 50 y los 69 años que no se ha realizado nunca una mamografía. Y en el caso de las mujeres de clase social más baja, el porcentaje aumenta hasta el 8,4%, frente al 3,3% en la clase social más alta.
Y en esa línea, un equipo de investigadores español ha desarrollado un nuevo método de diagnóstico: una biopsia líquida, que supone una alternativa a la biopsia convencional, y que conlleva menor riesgo, es menos invasiva y más eficaz para las pacientes, y además aporta más información y más fiable. Así lo avanzan los responsables del proyecto, liderado por el investigador Iñaki Comino-Méndez y coordinado por Emilio Alba, jefe de servicio de la Unidad de Gestión Clínica Oncología Intercentros de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria.
Se trata de una herramienta muy potente para la detección precoz de tumores en individuos asintomáticos y clave en la elección de la terapia más adecuada a cada paciente
Iñaki Comino-Méndez, investigador.
Este nuevo método no invasivo consiste en el análisis del ADN mediante secuenciación masiva, lo que permite la detección de presencia del ADN liberado por las células tumorales a la sangre y se pueden revelar factores clave que pueden distinguir a su vez a las pacientes con cáncer de mama en etapa temprana frente a las de etapa avanzada y frente a donantes de la misma edad sin cáncer de mama.
Comino-Méndez asegura que, empleando esta nueva tecnología, se han analizado muestras de sangre de 75 pacientes que presentaron mamografías con indicios de padecer cáncer de mama. Y los resultados evidencian que el hecho de presentar una mutación tumoral detectable en sangre significa que esa mujer tiene un 86 % de probabilidad de tener un tumor de mama.
En palabras del investigador, “se trata de una herramienta muy potente para la detección precoz de tumores en individuos asintomáticos y clave en la elección de la terapia más adecuada a cada paciente”.
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