La robótica está cada vez más presente en nuestros hogares. Y una de sus funciones puede ser la monitorización, es decir, ayudar a vigilar la casa cuando no estamos en ella, como si fuera un "perro mecánico inteligente" que también puede realizar otras muchas tareas.
La configuración comienza con el mapeo del espacio, como cualquier otro robot autónomo que se pueda utilizar en el hogar. Una vez este "guardián" conoce el espacio, podrá reconocer objetos y vigilar el espacio a través de sus cámaras. Con estas cámaras, entre otras funcionalidades, estos robots guardianes pueden ser capaces de reconocer las caras de las personas que habitan en la vivienda y, así, poder entregar un artículo a una persona específica. En casos como el robot creado por Amazon, integran su propia tecnología, de modo que el robot complementa las funcionalidades de Alexa y puede reproducir música, mostrar en su pantalla la predicción meteorológica o responder a cualquier pregunta que se le haga.
Más allá del juego o de la curiosidad que pueden despertar estos dispositivos, los robots pueden ser de ayuda para mantener vigilada la casa cuando no estamos en ella. Como dispositivos autónomos, pueden ir moviéndose y recorriendo las diferentes estancias y, si detectan a una persona no reconocida, son capaces de enviar una alerta a la empresa de seguridad a la que están vinculados.
Sin embargo, los dispositivos autónomos suelen encontrar obstáculos al desplazares por el hogar. Para evitarlo, los desarrolladores buscan distintas soluciones, como un apoyo en tres ruedas: las motrices principales son lo suficientemente grandes como para despejar los umbrales de las puertas y moverse a través de la alfombra, mientras que la rueda trasera ayuda a mantener el equilibrio.
Una de las pocas barreras que frenan a este tipo de robots son las escaleras. Un obstáculo que otros robots para el hogar ya están consiguiendo superar.
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