Kirobo Mini, el robot autómata que facilita las relaciones entre humanos y máquinas

La robótica avanza a pasos agigantados. De los primeros robots del mundo moderno, con prestaciones en el ámbito de los juegos infantiles (los primeros disparaban flechas) o de algunas tareas domésticas (servir el té), las utilidades de los más innovadores y actuales se han ampliado sustancialmente.

Hoy día, además de aportar importantes beneficios en el campo de la salud, la educación, el hogar… también comienzan a ser muy útiles en aspectos mucho más humanos y emotivos, como la socialización. Toyota, en concreto, acaba de lanzar Kirobo Mini, un robot autómata que busca empatizar con los humanos.

Este artilugio de pequeño tamaño (cuenta con 10 centímetros de altura y 183 gramos de peso) está desarrollado mediante inteligencia artificial, lo que le permite atender y prácticamente entender todo lo que se le dice. Es capaz, entre otras muchas cosas, de saludar (dar los buenos días, las buenas noches…), de responder a sencillas preguntas y, en definitiva, de conectar emocionalmente con sus “dueños”.

Kirobo Mini está especialmente diseñado para interactuar con niños y empatizar con ellos, por lo que presenta un carácter marcadamente aniñado: es de reducidas dimensiones, voz infantil y color naranja vistoso.

Entre las funciones de este robot autómata destaca su capacidad para leer y distinguir determinados gestos faciales a través de una cámara interna y de comprender las emociones que representan: de alegría, enfado, incomprensión, desconcierto, sorpresa…

Kirobo Mini también es capaz de comenzar una conversación de forma casual, buscando la complicidad del usuario, o de recordar anécdotas o acontecimientos pasados, preferentemente aquellas que dejaron una huella positiva en los humanos.

La compañía japonesa lo ha puesto a la venta a un precio de 39.800 yenes que, al cambio equivalen a unos 300 euros. A ello hay que sumar la cuota mensual de 350 yenes (2,90 euros) por el acceso a la aplicación necesaria para su uso.

El robot autómata de Toyota está diseñado para ser un robot de compañía, que sea capaz de conectar emocionalmente con las personas, especialmente con los más pequeños y, también, con los ancianos.

Desde la compañía nipona tratan de allanar con Kirobo Mini el previsible camino futuro, que aboca a un mundo en el que las relaciones entre humanos y robots serán fluidas y constantes. Conseguir una empatía necesaria con estas máquinas desde pequeños puede ser de gran ayuda en la convivencia del mañana. Igualmente, ya está comenzando a ponerse en valor su utilidad como compañero ideal para los ancianos y para luchar contra uno de los grandes problemas a los que se enfrentan, el de la soledad. Un robot autómata con un gran corazón… aunque sea de metal.