La búsqueda de soluciones alimenticias para aquellas personas con alimentación más específica es una obsesión en la industria. Los últimos en sumarse a esta experimentación es Impossible Foods que, en su objetivo por reemplazar comida procedente de animales por alimentos producidos tecnológicamente, ha conseguido crear la hamburguesa vegetal que sabe a carne.
La iniciativa de Impossible Foods no parece una locura ya que mucho se ha escrito, grabado y difundido sobre cómo la evolución de la industria cárnica ha llegado a realizar prácticas muy poco éticas con los animales.
En esta línea aparecen figuras como los vegetarianos que directamente no comen carne, pero si pueden consumir productos de origen animal, aunque, sin duda, la práctica más radical es el veganismo, que va más allá al desechar la idea de consumir un alimento que haya generado algún daño, maltrato o “desahucio” de algún animal. En línea con estos dos, aunque no con decisiones tan extremas, están aquellos que no abandonan del todo la carne, pero sí reducen su ingesta, intentando con ello encontrar un equilibrio con la naturaleza y evitar la sobreexplotación de animales destinados a alimentación.
Una vez más, la tecnología puede ayudar a este tipo de colectivos gracias a iniciativas como nuevas metodologías emergentes para producir alimentos sostenibles, el cultivo de huertos ecológicos desde cualquier lugar gracias a Food Computer o el proyecto comprometido con la alimentación saludable y el medioambiente de Foodtopía.
Sin embargo, la iniciativa más disruptiva en el ámbito de innovación en la alimentación se trata de Impossible Foods, que permite no solo impedir malas praxis contra los animales sino también reducir el impacto climático y el consumo mundial de energía por la producción alimentaria. Su última aportación ha sido la creación de hamburguesas vegetales con un “toque a sabor a carne”.
Esta hamburguesa de “Impossible Foods” está creada a través de “sangre” vegetal que contiene una molécula que le da a la carne su sabor y olor. Esta sangre no es otra que la hemoglobina, que esta empresa ha conseguido producir en laboratorios a través de plantas. De este modo, la hamburguesa no solo tienes el color de una de carne, sino que adopta también su sabor.
Esta hamburguesa ya ha sido aprobada por la Agencia de Control Alimentario de Estados Unidos, sin embargo, todavía advierten que habrá que esperar unos años para conocer la repercusión que pueda tener consumir este tipo de alimento.
Lo interesante de esta hamburguesa es que apenas contamina y no es necesario el uso de animales para su producción. Sin embargo, respecto a cuestiones nutricionales, no provee al consumidor de suficiente hierro o vitaminas como la carne normal.