La tecnología en la alimentación

La ONU (concretamente la FAO), cada vez más preocupada por el cuidado del medio ambiente, es taxativa: la producción ganadera es responsable de casi una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo. Incluso con iniciativas como el purificador de aire para combatir la contaminación en China, es necesaria una estrategia en todos los ámbitos contra la polución atmosférica, dado que producir proteína animal requiere once veces más combustible fósil que elaborar el equivalente en proteína vegetal.

Más allá de la reducción de emisiones en la industria y el transporte, existen varias alternativas tecnológicas que pueden transformar los métodos de producción de alimentos. Si hasta hace poco la investigación ponía énfasis en la conservación de comida en la nevera, ahora se imparten carreras universitarias para el estudio de esta materia, concretamente especializadas en desarrollar nuevas formas de crear, empaquetar y almacenar comestibles.

Desde 2011, Impossible Foods se ha puesto como objetivo reemplazar los alimentos procedentes de animales por comida producida tecnológicamente para así cuidar el medio ambiente. Éste es uno de los muchos ejemplos de startup que están apostando por esta vía para innovar. Entre las 3 vías más prometedoras para convertir la industria alimentaria en un proceso sostenible, encontramos:

1. La bioimpresión o fabricación aditiva en tres dimensiones (3D). Este método es capaz de “imprimir” alimentos personalizados a través del ordenador de cualquier procedencia (pavo, ternera, pollo, etc.). Incluso, existen científicos especializados en agricultura celular que han sido capaces de crear carne en laboratorios. Los resultados son prometedores, puesto que esperan reducir los gases de efecto invernadero en un 90%. Por ejemplo, en 2016, Food Ink abrió en Londres el primer restaurante de comida impresa del mundo, convirtiéndose sin duda una de las experiencias gastronómicas más futurista.

2. Carne in vitro, también conocida como carne “limpia”. Su método de producción es hacer crecer este alimento en un laboratorio a partir de células de animales, donde unos robots detectan el funcionamiento de las moléculas de la comida, siendo capaz de reproducir dicho proceso y crear recetas de alimentos in vitro.

3. Computadoras que cultivan alimentos. A que a través de inteligencia artificial podrán crear métodos personalizados de producción agrícola. Su potencial radica en que estos sistemas informáticos permiten hacer que las plantas crezcan sin necesidad de suelo que lo sustenten. Para conseguir algo tan disruptivo como eso, utilizan tecnologías como la hidroponía (un método que no requiere tierra, sino nutrientes) o la aeroponía (rociando periódicamente las raíces de la planta con agua y nutrientes).

Al mismo tiempo, esta tecnología alimentaria permitirá incluso generar “recetas de clima” que pueden ser descargadas, creadas o compartidas incluso entre varios productores. En definitiva, cuenta con el potencial de implementar microclimas 100% personalizados que, además, estarán adaptados a las necesidades de cada agricultor. De hecho, no solo los agricultores se podrán beneficiar de esta técnica, puesto que ya se encuentran en fase de desarrollo diversas computadoras personales alimentarias, sino que, al tener el tamaño de un frigorífico, podrán instalar en cualquier vivienda.