Con la tecnología, cada vez son más los empleos que implican un trabajo de oficina delante de un ordenador durante muchas horas. De este cambio derivan muchas de las dolencias físicas, sobre todo de espalda, que sufrimos hoy en día. Conscientes de este cambio, la empresa Worldline ha desarrollado la primera camiseta que vigila la posición de este tipo de trabajadores: Wearlumb.
Según diferentes estudios, las enfermedades y accidentes derivados de factores músculo-esqueléticos se están convirtiendo en el principal problema de los trabajadores y se prevé que su incidencia vaya en aumento.
Por ello, la empresa francesa Worldline, en colaboración con SGS y Eurecat y el soporte de ACCIÓ, ha logrado desarrollar un body que detecta en qué posición permanece una persona en su puesto de trabajo y reacciona si la postura no es apropiada para la espalda. Este wearable ha tardado tres años en llegar al producto actual y, durante todo este tiempo, se ha probado en trabajadores que dedican su vida a actividades muy variadas.
El “modus operandi” de Wearlumb es sencillo. La camiseta está compuesta de quince sensores situados en los principales puntos de referencia de cualquier dolor postural derivado de la actividad en oficina. Los sensores identifican tanto la elongación, la tensión y la rapidez de movimientos.
Una vez detectados los movimientos, dado que la camiseta está conectada a un software inteligente a través de bluetooth, la información llega directamente a la pantalla para que un médico pueda analizarlo y desvele al usuario en qué aspectos falla y cómo podría mejorar su posición en el trabajo.
Wearlumb es una camiseta de tela fina y transpirable creada con el objetivo que se vista debajo de la ropa sin que apenas se note. Se puede llevar durante tres horas o incluso una jornada laboral completa. La idea inicial no es destinarlo a la venta, sino que las empresas puedan solicitar su alquiler para poder analizar las tendencias posturales de sus empleados, para tomar medidas que eviten dolores en ellos y posibles bajas.
Los wearables destinados a controlar la salud es un mundo que no deja de crecer. En línea con Wearlumb ya se han desarrollado también las zapatillas capaces de monitorizar la actividad física, la piel artificial que permite controlar el ritmo cardiaco de pacientes en tiempo real o polar seal, la camiseta con calefacción para evitar el frío.
El director del centro de Competencias de Movilidad, Santi Ristol, indica que se espera que Wearlumb se dirija al consumo general y pueda llegar al gran público, aunque asegura que, para ello, deberían añadirse nuevos sensores para calcular otros parámetros como la respiración, las pulsaciones o la presión sanguínea.