Caminar, nadar, montar en bici, bailar... estos son los deportes y actividades aeróbicas que recomiendan generalmente los médicos para mantener el corazón en forma y prevenir los infartos. Sin embargo, cada vez hay más estudios que confirman que las actividades estáticas o anaeróbicas, como el levantamiento de pesas, se asocian a la reducción de los riesgos de enfermedades cardíacas que los ejercicios dinámicos.
Investigadores de la Universidad de St. George de la isla caribeña de Granada han analizado los factores claves de riesgo relacionados con el padecimiento de un infarto, como pueden ser la presión arterial alta, el sobrepeso, la diabetes o los niveles elevados de colesterol, en 4.086 adultos estadounidenses, que realizaban tanto ejercicios aeróbicos como dinámicos.
Los resultados obtenidos, presentados en la ACC Latin America Conference 2018, desvelaban que realizar sendos ejercicios reducían, entre un 30% y 70%, los factores de riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Sin embargo, los descensos porcentuales fueron más altos en el grupo que llevó a cabo entrenamientos estáticos como es el levantamiento de pesas.
Caminar a paso ligero, por ejemplo, reduce el riesgo de infarto en un 18% (actualmente existen zapatillas inteligentes capaces de monitorizar nuestro entrenamiento y vigilar nuestra salud) y levantar pesas durante al menos media hora a la semana, un 23%. Esto demuestra que el entrenamiento de fuerza y resistencia es un aliado para el sistema cardiovascular. No solo ayuda a que los músculos se fortalezcan, incluido el corazón, sino que también ayuda a reducir el colesterol en sangre, reducir el riesgo de padecer osteoporosis, evitar la pérdida de masas muscular, mejorar la postura y tener más fuerza.
La preocupación por prevenir este tipo de afecciones no es para menos. Las cifras hablan por sí solas. En 2017, murieron 32.325 españoles de enfermedades isquémicas del corazón (infarto, angina de pecho...) según los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra coloca a las enfermedades del corazón como la primera causa de fallecimiento en nuestro país, con un incremento del 0,8% respecto al año anterior. Y la sitúan por delante del cáncer y de las enfermedades cerebrovasculares. El tabaquismo -incluido el uso de cigarrillo electrónico-, hipertensión, diabetes, colesterol elevado y obesidad son los principales factores de riesgo, además de dietas insanas y el sedentarismo.
Aunque si del corazón se trata, los científicos no solo ponen el foco en la prevención con estudios como éste o con diferentes desarrollos de aplicaciones para la salud, sino también terapias de choque que van desde la robótica a la creación de corazones bioartificales, a través de diferentes métodos como la impresión 3D, las quimeras o, incluso, la descelularización.
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