La tripanofobia es el miedo irracional a las inyecciones y a las agujas. Si bien sus síntomas no revisten gravedad, cualquier persona que la padezca puede poner en peligro su salud al evitar vacunas o analíticas de sangre. Bajo esta problemática, existe una solución que hará más efectivo el procedimiento de la venopunción: un robot que extrae sangre sin dolor y de forma rápida.
Muy pronto muchos pacientes podrán decir adiós a su fobia a las agujas gracias a este robot diseñado por investigadores de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey (EE.UU.), liderados por Josh Leipheimerel, estudiante del doctorado en la ingeniería biomédica.
El objetivo de esta patente reside en ser capaz de extraer muestras de sangre de aquellas venas de difícil acceso y de analizar muestras de manera segura, eficaz y fiable. Una tarea que evitará complicaciones innecesarias y el dolor en los pacientes en los casos en los que tras varios intentos de la inserción de las agujas no se logre hallar la vena para ello. Algo que permitirá, por otro lado, a los profesionales sanitarios dedicar más tiempo al tratamiento de los pacientes.
Ya se han realizado ensayos clínicos de este dispositivo publicados en la revista Technology. Su nivel de actuación fue comparable o superó los estándares clínicos, puesto que su tasa de éxito general fue de un 87% tras probarse en 31 participantes del ensayo. El porcentaje de éxito ascendió hasta el 97% al comprobarse que en 25 personas con venas de fácil acceso de las 31 presentadas al estudio se pudieron realizar extracciones con éxito.
Unos resultados logrados gracias a que este primer robot automatizado de extracción y análisis de sangre incluye un sistema de imagen de ultrasonido que actúa a modo ecografía y que permite encontrar el punto adecuado para la venopunción. Adicionalmente, incluye un analizador de sangre portátil con su centrifugadora para que este aparato pueda ser utilizado en cualquier entorno, tanto en hospitales como ambulancias.
Por ahora, este avance innovador en el mundo de la salud continúa siendo testado, dado que los datos recopilados en el primer estudio servirán para perfeccionar el sistema de inteligencia artificial del dispositivo para mejorar su rendimiento y otorgarle de más funciones avanzadas tales como cateterismos o diálisis, entre otros.
Mientras este innovador proyecto termina de definirse, ahora, y más que nunca, se debe continuar fomentando el uso de las tecnologías y la inteligencia artificial para realizar avances en el mundo de la medicina. El acontecimiento actual, nos ha puesto en jaque y ha demostrado que el apoyo al mundo sanitario debe primar más que nunca para vencer cualquier imprevisto. Drones para salvar vidas, aplicaciones web y móviles para la detección del Covid-19 o bioimpresoras 3D para la creación de órganos vitales son proyectos de una cadena que es necesario seguir creando para el bien de la humanidad.