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¿Qué pensarías si alguien te invita a sentir el fútbol en vez de verlo? La afirmación de que la tecnología inunda nuestra vida no es algo nuevo. Lo nuevo hoy en día es que la tecnología sea capaz de unir a personas que están en lugares distintos para crear experiencias que permiten sentir lo que siente el otro. Un ejemplo de ello son los denominados Smart Stadium.
En el fútbol la tecnología no solo está presente en el ámbito del cuidado y la salud del deportista: la medición de pulsaciones, ritmo cardiaco, medición de grasa, esfuerzo, tipo de pisada… sino que ha avanzado hasta tal punto que el último objetivo es que durante un partido el jugador, el estadio y el espectador sean uno.
Los Smart Stadium no es un concepto nuevo. Desde hace un par de años, los gestores del Amsterdam Arena han desarrollado un proyecto de innovación interno denominado Innovation Arena, que resulta ser un lugar de interacción con startups y emprendedores tecnológicos con el único objetivo de desarrollar nuevas experiencias para vivir partidos de fútbol en un estadio. Todo ello, con el objetivo de que la final de la Eurocopa 2020 que acogerá este estadio sea un evento pionero y marque las líneas de lo que será vivir un partido de fútbol en directo en unos años.
En España empresarios como Didac Lee, Alex Ferrer o David López están trabajando conjuntamente para desarrollar esta experiencia deportiva.
Los ingredientes clave del Smart Stadium son, en primer lugar el jugador o atleta, que llevará la tecnología que mida su rendimiento y desarrollo en la actividad, probablemente por medio de wearables como puede ser Polar Seal o una piel artificial que mide el ritmo cardíaco. En segundo lugar, el estadio será el centro donde esté conectado jugador con espectador, por medio del Internet de las Cosas, cuya aplicación ha quedad demostrada que es casi infinita, como ya vimos con el balón de baloncesto inteligente, capaz de medir los aciertos del jugador. El último pilar es el espectador, que dará el punto emocional y será el canalizador de la comunicación con su entorno, convirtiéndose así en el embajador de la marca, algo hasta ahora solo reservado a los jugadores.
Con la unión de estos tres elementos, hasta ahora separados, los desarrolladores pretenden cambiar la vivencia de eventos deportivos en directo. Entre sus objetivos está el aumento de la profesionalidad de los aficionados, al ser capaces de sentir lo mismo que los deportistas, lo que supone a la vez un mayor conocimiento del deporte en sí.
Dídac Lee afirmó que actualmente “el gran reto continúa siendo el mismo: conseguir dar el contenido adecuado para generar engagement entre el público”.
Con este empeño, lo que se busca es seguir creando alicientes para disfrutar de eventos en directo. El deporte no iba a ser menos, así que parece que dentro de poco podremos sentir el deporte del mismo modo que nuestros ídolos cuando lo practican.