La visibilidad es un elemento fundamental para ejecutar cualquier tipo de maniobra independientemente del vehículo que usemos. Si ésta falla, el conductor se encontrará en una situación de riesgo. Principalmente, los moteros son los conductores más perjudicados con este tipo de inconveniente, puesto que a este factor se suma la limitación de visión del casco. Esta doble dificultad les produce un margen mínimo de visión lateral trasera, siendo la principal causa de sustos o importantes siniestros viales en situaciones como los cambios de carril, rotondas o maniobras imprevistas de otros automóviles.
Para evitar el ángulo muerto en moto, los profesionales aconsejan una serie de recomendaciones básicas. Primordialmente, insisten en el uso de retrovisores. Utilizarlos y mirar a través de ellos con frecuencia proporciona un panorama visual trasero de lo que sucede, además de tener un mayor control del resto de vehículos que circulan por la vía. Su correcta regulación influirá positivamente, pues permite al conductor obtener el máximo ángulo de visión. Una corta mirada hacia atrás para confirmar que es seguro continuar y seguir las normas de tránsito específicas son dos premisas básicas que ayudan a evitar el ángulo muerto en moto.
Hasta ahora, las marcas más prestigiosas del automóvil de dos ruedas incidían en el diseño y la estética de los espejos retrovisores en vez de en su efectividad, cosa que ha ido cambiando en los últimos años, ya que han comenzado a desarrollar distintos sistemas que optimizan la seguridad vial de este punto.
Como posibles soluciones para evitar el ángulo muerto, los usuarios y fabricantes apuestan por nuevos sistemas de detección (Blind Spot Information System, también conocido como BLIS) que integran elementos electrónicos y unidades de procesamiento. Este es el caso de los cascos integrales con sistema de visión posterior y GPS integrado que lanzó la marca ChrossHelmet en 2017, que dispone de una cámara, con alta resolución ubicada en la parte trasera, que abarca una visión de 170 grados. La información captada es enviada en tiempo real al display colocado en la parte superior de la visera a través de la cual se proyecta la imagen trasera. A parte de las cámaras de vídeo, las ondas radar, las señales acústicas o luces de advertencias estos sistemas comienzan a jugar un papel importante para “ver” y anular este ángulo muerto de visión.
Esta es una muestra más de que la industria del motor cada vez está más concienciada con los vehículos de dos ruedas al desarrollar tecnologías de seguridad vial para vehículos de cuatro ruedas como la del coche eléctrico de Nissan que incluirá la tecnología “Canto” para evitar atropellos o de dos con la nueva revolución del mercado del casco que regula la entrada de luz para el motero.