La oferta de coches eléctricos en el mercado aumenta continuamente y, por tanto, cada vez hay más variedad y más modelos donde elegir según sus prestaciones y características técnicas. Sin embargo, a pesar de la mejora de 3,9 puntos en penetración de coches eléctricos, España sigue estando por debajo de la media europea, y lejos de países como Noruega, Países Bajos y Portugal, que ocupan los tres primeros puestos en la adquisición de vehículos electrificados. Los datos que refleja Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) se refieren a la electromovilidad del tercer trimestre de 2020.
Y una de las máximas preocupaciones de los usuarios es la vida de las baterías para determinar el rendimiento. Al tratarse de tecnologías nuevas conviene aprender a sacar el máximo provecho a las “pilas” para que nuestros coches eléctricos envejezcan de forma más lenta y mejor.
Fabricantes de baterías, como el chino CATL, ya ha lanzado una batería de litio capaz de durar 16 años y recorrer 2 millones de kilómetros, aunque existen otras opciones como fundas que ayudan a recargar baterías, o diferentes técnicas que ayudan a eficienciar el consumo de este tipo de vehículos.
De cara a mantener nuestro vehículo eléctrico en las mejores condiciones, podemos aprender a alargar la vida de nuestra batería siguiendo estas recomendaciones sencillas pero muy útiles:
1. Controla el tiempo de carga.
Si no dispones de una caja de pared, que desconecta automáticamente la batería de la alimentación cuando está cargado, se recomienda usar un temporizador para que la batería solo se cargue cuando sea necesario. Este gadget te ayudará a alargar la vida útil de tu vehículo eléctrico. Piensa que dejarlos enchufados más de lo necesario provoca un calentamiento excesivo y reduce la vida útil del vehículo.
2. Evita el uso de carga rápida de CC.
Aunque el vehículo está preparado para soportar cargas rápidas de corriente continua, es mejor evitarlas a menos que sea estrictamente necesario -si por ejemplo estamos en mitad de un viaje- ya que aumenta aún más el deterioro de la batería. Los expertos estiman que, en ocho o diez años de uso, la batería habrá perdido más o menos un 20% de su capacidad, pero si abusamos de la carga rápida, la pérdida sube al 30%. Del mismo modo, cargar de forma habitual con potencias superiores a la capacidad de la batería de tu vehículo eléctrico también puede dañar su vida útil.
3. Evita descargas totales.
Se recomienda que las baterías no caigan por debajo del 30% y mucho que se descarguen por completo para evitar el deterioro de su resistencia. Algunos fabricantes ya han tenido en cuenta este hecho y han incorporado una reserva mínima en sus modelos eléctricos, que no es visible ni utilizable para los conductores, pero al hacerlo garantizan evitar descargas totales.
4. Evita también la carga completa.
Aunque una carga completa nos permite sacar el máximo partido a la autonomía que ofrece nuestro coche, y resulta más práctico para viajes largos, lo mejor tanto para alargar su vida útil como para aprovechar el sistema de frenado regenerativo, es cargar en torno al 80%. Este sistema de frenado se encarga de recuperar parte de la energía cinética para cargar la batería, siempre y cuando haya suficiente espacio para almacenar energía.
5. Huye de las temperaturas extremas.
Las temperaturas extremas, tanto frías como calientes, no son compatibles con las baterías de iones de litio. Por un lado, una exposición prolongada al calor provocará una mayor degradación de la batería y si hay sobrecalentamiento se acelerará la descarga total (si no te queda otra alternativa, déjalo enchufado para que arranque el sistema de refrigeración y proteja la batería). Por otro lado, someter nuestro vehículo a bajas temperaturas afectará el rendimiento de la batería, reduciendo así su capacidad de carga y autonomía.
Sin embargo, ya hay fabricantes que utilizan sistemas de climatización por batería, cuyo objetivo es mantener un rango de temperatura entre 20ºC y 30ºC para garantizar un rendimiento óptimo.
6. Atención a dejarlo largos periodos aparcado.
Si debemos estacionar nuestro coche eléctrico por un largo período de tiempo es mejor dejarlo enchufado y programado para que se cargue hasta el 80%. Así, evitamos, por un lado, una carga completa y su consiguiente sobrecalentamiento y, por otro lado, una descarga total. En caso de no poder programar la carga, debemos estacionar el vehículo en un lugar fresco y tener en cuenta, antes de volver a usarlo, que mantiene un mínimo del 20% de su capacidad.
7. Controla la velocidad.
Conducir de forma relajada, acelerar con suavidad, sin recurrir a potencias superiores a la capacidad de nuestra batería, amplía la autonomía de nuestro coche eléctrico y reduce el número de veces que necesitaremos cargar el vehículo y el número de ciclos completos de carga que realizaremos. Si, por el contrario, practicamos una conducción agresiva o temeraria, el tiempo de vida de la batería se reduce en un alto porcentaje.
Y cuando a pesar de estos cuidados, se agote su vida útil, no olvides que se pueden reutilizar para una segunda vida ya que sigue teniendo cerca de un 70% de su capacidad original de almacenamiento de energía o también se pueden reciclar sus materiales en un 95%.
Blog ÓN
Comité de contenidos