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31 DE OCTUBRE |

Este bólido ha batido el récord mundial de aceleración

Ha logrado alcanzar los 100 km/h desde parado en 0,956 segundos.

No es un Fórmula 1 ni un superdeportivo de Ferrari. Ni siquiera la reedición del mítico DeLorean, de “Regreso al Futuro”. El vehículo que ha batido el récord Guinness de aceleración se llama Mythen y ha sido diseñado y fabricado artesanalmente por estudiantes suizos.

Cuando nos desplazamos a toda velocidad o experimentamos una aceleración de vértigo, nuestro cuerpo libera adrenalina. Esta hormona aumenta la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos y dilata las vías respiratorias. Es, además, el neurotransmisor que activa nuestros mecanismos más primitivos de huida. El riesgo provoca en el ser humano emociones difíciles de describir desde la razón. Quizá por eso siempre hemos tratado de correr más rápido o volar más alto, para experimentar en nuestra piel esas sensaciones que solo se explican a través de la química.

El bólido que tiene el récord mundial de aceleración - ÓN

El libro Guinness de los récords es la herramienta por excelencia creada para registrar, entre otras, esas nuevas marcas de velocidad y aceleración que dejan obsoletas a las anteriores. En este caso, el anterior récord de aceleración de un vehículo de carreras fabricado de forma artesanal lo ostentaba un equipo de la Universidad de Stuttgart (Alemania), cuyo prototipo había logrado alcanzar en septiembre de 2022 los 100 km/h desde parado en 1,461 segundos. En esta ocasión, el bólido suizo lo ha hecho en 0,956 segundos, con una distancia recorrida de tan solo 12,3 m.

Mythen cuenta con cuatro motores eléctricos de buje, que aportan una potencia conjunta de 240 kilovatios (326 CV).

Este proyecto ganador es el resultado de una colaboración entre el equipo estudiantil AMZ Racing Team, de la Universidad ETH Zurich (Escuela Politécnica Federal de Zurich) y la Universidad de Ciencias y Artes Aplicadas de Lucerna. Mythen es el vehículo eléctrico que salió de esta colaboración tras un año de duro trabajo. Se trata de un monoplaza con cuatro motores eléctricos de buje, alojados en cada una de las ruedas, que aportan una potencia conjunta de 240 kilovatios, equivalente a 326 CV. Está fabricado en carbono y aluminio, de manera que solo pesa 140 kg. El hecho de ser tan ligero favorece la movilidad del vehículo, pero es un inconveniente para que la tracción sea efectiva y las ruedas no giren en vacío patinando sobre el pavimento. La manera de solventar este problema fue instalando una especie de aspirador que realiza un efecto de succión sobre el asfalto. Es algo similar a lo que los coches de Fórmula 1 logran mediante el concepto aerodinámico conocido como “efecto suelo”.  Consiste en mejorar la adherencia del vehículo aprovechando la corriente de aire que entra en el coche para dirigirla a la parte inferior, provocando un efecto de succión que pega el coche al asfalto.

La encargada de pilotar el monoplaza en el momento de la prueba, que se realizó en el aeródromo militar suizo de Dübendorf, fue la estudiante Kate Maggetti. Este logro, sin embargo, no es nuevo para el equipo AMZ Racing, que ya consiguió batir este mismo récord en las ediciones de 2014 y 2016. Veremos si en años sucesivos repiten la hazaña, aunque no parece fácil superar una aceleración de 0 a 100 en menos de un segundo sin dejar atrás a tu propia sombra.

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