Ya no nos suena a ciencia ficción, cuando escuchamos que, dentro de unos años, los vehículos que transportan personas y mercancías van a ser autónomos al 100 por 100. Estos vehículos del futuro, guiados por la Inteligencia Artificial, tomarán sus propias decisiones en función de las condiciones que les rodeen. El 5G y la conducción autónoma van de la mano y ya no se sueltan.
En el epicentro de todo este avance, impulsando un ecosistema de movilidad conectado, estará el 5G. Porque solo a través del ancho de banda, la capacidad y la latencia de 5G, las redes de comunicación tendrán la capacidad de manejar las enormes cantidades de datos que deben enviarse y recibirse entre cada vehículo en la carretera y entre los vehículos y los sensores e infraestructura de la carretera.
Y en esta carrera hacia el futuro de los vehículos autónomos (AV) con 5G ha nacido el proyecto de investigación 5G NetMobil que durante los tres últimos años ha estado desarrollando soluciones de comunicación en tiempo real, de vehículo a vehículo y de vehículo a infraestructura, para mejorar la seguridad y la eficiencia y que cuenta con un total de 16 socios entre los que destacan BMW, Ericsson, Nokia, Vodafone, Deutsche Telekom, Volkswagen y la Universidad alemana de Dresde.
“Con el proyecto 5G NetMobil hemos logrado hitos decisivos en el camino hacia una conducción totalmente conectada y estamos demostrando cómo las tecnologías de comunicación modernas pueden hacer que nuestro tráfico por carretera sea más seguro, más eficiente y más económico, todo al mismo tiempo, además de reducir el riesgo de accidentes”, dice Thomas Rachel MdB, secretario de estado parlamentario del Ministerio de Educación e Investigación de Alemania (su ministerio había financiado este proyecto de investigación con 9,5 millones de euros).
Muchas veces los conductores no pueden ver todo lo que ocurre a su alrededor: peatones que cruzan, intersecciones enrevesadas o vehículos que aparecen repentinamente de la nada. Y hasta ahora nos estamos beneficiando de los sensores de radar -ultrasónicos y de video- que tienen los vehículos modernos. Pero estos sensores solo pueden controlar la situación del tráfico alrededor del vehículo, y se les escapa lo que ocurre en las esquinas o detrás de los obstáculos.
Sin embargo, a partir de ahora, los socios del proyecto 5G NetMobil están utilizando la comunicación directa de vehículo a vehículo (V2V), de vehículo a infraestructura (V2I) y de vehículo a red (V2N) que permite a los vehículos compartir datos en tiempo real entre sí y con su entorno para desarrollar herramientas como un asistente de cruce que proteja a los peatones y ciclistas en intersecciones ciegas; o una cámara instalada en la carretera que detecte a los peatones y advierta a los vehículos en pocos milisegundos para evitar situaciones críticas como, por ejemplo, cuando un automóvil gira en una calle lateral.
La comunicación directa V2V y V2I debe ser segura, con altas velocidades de datos y baja latencia, para que la conducción completamente conectada se convierta en realidad. Y esta comunicación requiere un enlace de datos estable y confiable proporcionado por 5G de alto rendimiento, la nueva tecnología inalámbrica de quinta generación para redes celulares, o por alternativas basadas en Wi-Fi (ITS-G5).
Uno de los grandes beneficiados con el uso inteligente de 5G va a ser el tráfico urbano. Contando con datos como el flujo del tráfico, las condiciones de las calles, la información meteorológica y las circunstancias concretas de la circulación se creará una enorme base de datos y con ella, por ejemplo, se podrán optimizar los sistemas de semáforos. Acortando, por ejemplo, las fases verdes cuando no circulen coches por ese lugar o, por el contrario, poniendo en rojo un disco si un vehículo de emergencias necesita atravesar una vía perpendicular.
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