Es ley de vida ir perdiendo reflejos a medida que nos hacemos mayores y, a la hora de conducir, está demostrado que las capacidades merman considerablemente con los años hasta el punto de provocar un aumento significativo en el número de accidentes. De ahí que países como Japón, cuya población es la más envejecida del mundo, haya tomado la iniciativa de imponer, a los mayores de 75 años, el uso de freno automático en sus vehículos.
La renovación de sus licencias, por tanto, sólo será efectiva si sus vehículos cuentan con un sistema de frenado inteligente que detenga el coche en caso de que el conductor pise por error el acelerador y que incluya unos sensores que detecten los obstáculos cercanos.
Las estadísticas policiales confirman que la principal causa de accidentes protagonizada por los conductores mayores es precisamente la confusión entre los pedales. Pero el Plan, que será aprobado antes de fin de año, contempla además la prohibición de circular en las inmediaciones de los colegios, mejorar el transporte público y promover el uso de los coches compartidos y los vehículos autónomos. Todo con el fin de disuadir a los mayores de coger el coche.
Los gobiernos locales y las grandes compañías niponas también se han sumado a la iniciativa y proponen a los ancianos mayores de 75 años entregar voluntariamente su carné de conducir a cambio de descuentos en restaurantes, transporte público e, incluso, en los gastos funerarios. Esos llamamientos a la responsabilidad han conseguido ya que más de 400.000 conductores japoneses renunciaran el año pasado a renovarse el carné de conducir.
A pesar de ello, aún hay 5 millones de conductores que superan los 75 años circulando y uno de cada cuatro coge el coche a diario. Por ese motivo, el gobierno nipón abunda en la necesidad de introducir más medidas que salvaguarden la vida de los conductores, pasajeros y peatones de edad avanzada. Y, para empezar, ha decidido que cada 3 años, aquellos ancianos que deseen renovar su licencia deberán someterse a pruebas médicas que garanticen sus reflejos al volante y que demuestren que no existe riesgo de padecer alguna enfermedad psíquica. Con esta medida quieren reducir el número anual de víctimas mortales en accidentes de tráfico hasta menos de 2.500 para el año 2020 (en 2018 batió su récord negativo con 3.532 muertes, 162 menos que el año anterior).
La Unión Europea estudia también implementar el uso obligatorio del freno automático a partir de 2022, así como otros sistemas de seguridad vial en el interior de los vehículos para evitar accidentes. En el caso de España, casi un 30% de los conductores de entre 65 y 70 años renueva el carné sin restricción alguna, pero en el siguiente tramo de edad, el que engloba a personas de entre 71 y 75 años, el porcentaje baja hasta el 13,8%. El descenso se sostiene y, a partir de los 86 años, menos de un 1% de los conductores consigue pasar los reconocimientos sin problemas, siendo la capacidad visual, seguida de la auditiva, la principal rémora. El límite definitivo no es tanto la edad como el estado de salud. “La cuestión, -según publica la revista de la DGT- no es quitar a los mayores de la carretera, sino estar seguros de que conducen con seguridad”.
Según publica el líder en salud mundial, MSD, en su artículo La conducción en la tercera edad: “los conductores de edad avanzada sufren menos accidentes al año que los jóvenes. Sin embargo, dado que conducen menos kilómetros que los conductores de mediana edad, la media resultante es de más accidentes por kilómetro recorrido para los conductores mayores”. MSD también apunta las distintas medidas y consejos sobre la conveniencia de conservar o no el permiso de conducir, cuáles son los signos de alarma de una conducción insegura, etc.
En España todavía parece que este tipo de medidas están lejos de implantarse, aunque somos el segundo país más longevo del mundo, solo por detrás de Japón, con al poner el foco en los últimos tiempos en el control de la velocidad a través de drones, y el control de consumo de sustancias prohibidas, que son las que mayores sanciones provocan.
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