El proyecto Madrid Central arranca en medio de una polémica por su ambición y su puesta en marcha tan radical. Este proyecto surge con el objetivo de mejorar la calidad del aire de la ciudad, limita la entrada de vehículos a la zona comprendida entre Alberto Aguilera, Génova, Paseo de la Castellana, Paseo del Prado, Ronda de Valencia, Ronda de Toledo, Calle de Bailén, Plaza de España y Princesa. En medio de la polémica, lo que parece algo común a todos es que se trata de una evolución necesaria para luchar con la contaminación que asola la capital y que empieza a ser preocupante, aunque la discrepancia llega en el cómo ha de realizarse.
Según un estudio realizado entre Emov y Zity, dos de las corporaciones de carsharing más utilizadas en Madrid, casi el 90% de los encuestados en la capital considera que existe un problema de contaminación en Madrid y que se trata de algo peligroso para la salud de la población.
Aunque en la teoría, la opinión de la mayor parte de la población coincide en que este problema debe atajarse con un compromiso por parte del Ayuntamiento y de la ciudadanía, este proyecto, no queda exento de dudas sobre su aplicación y el impacto real que tendrá en el día a día de la circulación.
El primero y más claro de los puntos es la velocidad. La realidad es que las líneas rojas que desde el pasado 29 de noviembre ocupan el centro de Madrid permiten circular por Paseo de Recoletos, Paseo del Prado, las Rondas (Atocha, Valencia y Toledo), la Gran Vía de San Francisco, Bailén, Plaza de España, Serrano Jover, Princesa y los Bulevares (Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta y Génova). Con todo, se contemplan seis excepciones: Santa Cruz de Marcenado, Mártires de Alcalá, Algeciras, Cuesta Ramón, Ventura Rodríguez y Duque de Liria. En este punto, el problema viene en la cuantía de las sanciones que rondarán los 90 euros por entrar en el perímetro si no se cumplen las condiciones. Una medida que, según confirman desde el Ayuntamiento, se aplicará a partir de febrero de 2019. Asimismo, el denominado “control manual” de los agentes, corresponde a una labor más informativa que sancionadora.
El segundo de los puntos son las etiquetas y las moratorias. En líneas generales, solo hay tres tipos de vehículo que podrán acceder sin limitaciones a Madrid Central: coches, motos y ciclomotores que cuenten con los distintivos de la DGT de CERO emisiones o ECO. Los vehículos con etiquetas B y C podrán acceder, pero sólo para aparcar en garajes particulares, parkings públicos y reservas de estacionamiento no dotacional. Los empadronados podrán acceder independientemente de su etiqueta hasta 2025, aunque si a partir de ahora desean adquirir un nuevo vehículo debe, obligatoriamente, ajustarse a las condiciones de ceros emisiones, ECO, B o C. La fecha límite para llevar la etiqueta medioambiental es el 24 de abril.
Las invitaciones de residentes y comercios es el tercero de los puntos que generan duda. Los residentes de Madrid Central mayores de 16 años tienen a su disposición un máximo de 20 invitaciones de un día que pueden solicitar de manera mensual tanto para personas como servicios. Los comercios podrás solicitar hasta 10. A partir del 8 de enero se podrán solicitar por vía telemática y a partir del 22 de enero, de manera presencial en cualquiera de las OAC. Por el momento, se pueden solicitar llamando al 010 o a través de la cuenta de Twitter @lineamadrid.
El aparcamiento y la zona SER serán eliminados de los barrios que forman Madrid Central. Con este proyecto se han eliminado más de 1.200 plazas lo que está provocando el encarecimiento de las plazas de garaje de la zona. Entre septiembre y octubre de 2018, los parkings de esta zona han encarecido el alquiler en una media del 10%, según indican desde Fotocasa, ya que los residentes no pueden aparcar en todo el perímetro de Madrid, solo en aquellas zonas ya designadas para residentes. Los invitados tendrán un máximo de dos horas para aparcar en la zona verde, aunque las invitaciones tienen una duración de 24 horas.
Las motos es el último punto de discusión. Madrid, aunque ha empezado a evaluar la contaminación de las motos, aquellas con etiquetas B y C podrán circular sin ningún tipo de limitación, aunque estarán sujetas al horario de 7 a 22 horas.
Madrid Central arranca con una primera fase de prueba que durará hasta el próximo mes de febrero de 2019. Parece que los grandes beneficiados a nivel económico de esta nueva normativa serán en un primer momento, los servicios de parking privado y los diferentes servicios de movilidad compartida que ya ven incrementado su nivel de servicio. Veremos cómo será el impacto en el día a día de los ciudadanos madrileños.